sábado, 15 de noviembre de 2008

Congo: genocidio silencioso ante nuestro ojos


Los Obispos del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal Congolesa (CENCO) lanzan un “grito de dolor y de protesta”, declarándose “turbados y afligidos por la tragedia humana en el este y en el nordeste de la República Democrática del Congo”.

En un mensaje enviado a la Agencia Fides, intitulado “La República Democrática del Congo llora a sus hijos, sin consuelo”, los miembros del Comité Permanente de la CENCO afirman que en el este del país se está llevando a cabo un “ante los ojos de todos genocidio silencioso”. “Las grandes masacres gratuitas de la población, el exterminio planeado de los jóvenes, los robos sistemáticos perpetrados como arma de guerra: una crueldad de una violencia excepcional se está desencadenando de nuevo contra las poblaciones locales que tan sólo piden poder vivir en modo digno en su propia tierra. ¿Quién se interesa por este drama?”.

Los Obispos critican tanto a los Cascos Azules de la ONU (“el hecho más deplorable es que las violencias se realizan ante la mirada impasible de quienes han recibido el mandato de mantener la paz y de proteger a la población civil”) cuanto al gobierno central (“nuestros gobernantes se muestran impotentes frente a la gravedad de la situación, dando la impresión de no estar a la altura del desafío de la paz, de la defensa de la población y de la integridad del territorio nacional”) y una vez más subrayan el hecho de que “los recursos naturales de la RDC alimentan la codicia de algunas potencias. En efecto, todos los conflictos se llevan a cabo en los pasillos económicos y alrededor de los yacimientos mineros”.

En el mensaje se reafirma asimismo “la existencia de un plan de balcanización que nosotros no dejamos de denunciar, conducido a través de los intermediarios. Se tiene la impresión de la existencia de grandes complicidades que permanecen sin nombre. Pedimos al pueblo congolés que no ceda nunca a la veleidad de balcanización del territorio nacional. Recomendamos que no se aprueba nunca a puesta en discusión de las fronteras internacionales del país, establecidas y reconocidas por la Conferencia de Berlín y por los acuerdos sucesivos”. La Conferencia de Berlín (1884-85) llevó a la repartición de África entre las Potencias europeas del tiempo y al diseño de fronteras entre las diversas colonias, cuyos límites han sido reconocidos como líneas de frontera intangibles de los nuevos Estados independientes de la entonces Organización para la Unidad Africana (convertida luego en la actual Unión Africana), en 1963.

Para hacer cesar el conflicto, los Obispos hacen un llamamiento a la comunidad nacional e internacional para aumentar la ayuda humanitaria a las poblaciones de los campos de refugiados; invitan a la población congolesa a “un sobresalto nacional para vivir como hermanos y hermanas en la solidaridad y cohesión nacional”; piden al gobierno congolés “que ejercite las funciones del poder para proteger a la población y las fronteras”, e invitan a la comunidad internacional a que “se comprometa con sinceridad para hacer respetar el derecho internacional”. (L.M.) (Agencia Fides)

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