miércoles, 28 de marzo de 2007

De falangistas, patadas y paz enlatada en televisión

"La obligación del Gobierno es prevenir, combatir y tratar de acabar con el terrorismo". Así respondió el presidente Zapatero un programa de televisión donde quedó claro que llevaba la lección bien aprendida de lo que tenía que vender a la opinión pública, si excluimos el precio del café.

Si de algo ha servido la participación de Zapatero en el programa es para constatar que los ciudadanos están seriamente preocupados por la política del Gobierno frente a ETA. Zapatero quiso presentarse como el Ángel de la Guarda de los españoles, pero no coló porque las piezas no encajan.

A estas alturas de los acontecimientos, tenemos claro que el mal llamado proceso de paz es un camino sin retorno, por mucho que se quiera negar. Hasta el ministro de Justicia lo ha dejado claro: "el proceso de paz no para, aunque ahora esté suspendido". No está suspendido, los hechos hablan por sí solos. Lo primero de todo es que son muy pocos los que dudan de que ETA se va a presentar a las elecciones. Aunque Zapatero "sospeche" que la inscripción de Abertzale Sozialisten Batasuna (ASB) en el Ministerio del Interior tiene visos de ilegalidad, como claro exponente de su prisa por demostrar que no se va a dejar engañar por los terroristas, ETA se presentará con otra marca, como ha ocurrido en otras ocasiones. Y el Gobierno se tapará la nariz y mirará para otro lado.

Por mucho que Zapatero diga que Navarra será lo que nos navarros quieran, nada explicó de posibles pactos postelectorales con Nafarroa Bai o el Partido Comunista de las Tierras Vascas. Como si los navarros no hubieran dejado clara su postura alto y claro, en plena calle.

Por más que quiera disfrazar la realidad con sus ansias infinitas de paz, los hechos es que los nacionalistas radicales están más crecidos que nunca. La "operación Otegi" ha sido el segundo hecho más bochornoso de la fiscalía de la historia de este país, precedido por la decisión de excarcelar de Juana Chaos, cuestión que Zapatero trató de vender a sus cien entrevistadores como que "está dentro de la legalidad y que ha sido la mejor opción para los intereses generales, para la seguridad del estado y para el futuro del conjunto de los españoles". O sea, que si el Gobierno no claudica ante las exigencias de los etarras, habrá muertos. Más claro imposible. Nada de la lucha antiterrorista con el Estado de Derecho en la mano y de la gran labor desplegada en estos años por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Ahora hay que tragar para sobrevivir.

Mientras, la temperatura de la calle sube a pasos agigantados. Las agresiones a Antonio Aguirre, viejo militante del socialismo vasco y vocal del Foro de Ermua, es de todo punto intolerable, hecho que ha pasado de puntillas ante los ojos del Gobierno. Todavía hemos tenido que escuchar por boca de la portavoz del Gobierno vasco, Miren Azcarate, que la culpa es de las algunas decisiones judiciales, que la Ley de Partidos ha propiciado una nueva forma de interpretar y aplicar las leyes y que el lehendakari es una víctima de esta situación.

Y para rematar la faena, salen a la palestra Conde Pumpido y Polanco, que tachan de falangistas a los que se manifiestan pacíficamente en defensa de España, con la bandera constitucional en la mano.

Esta es la realidad de España hoy. Ni el café vale ya ochenta céntimos, ni nos creemos las ansias infinitas de paz.
GEES, Grupo de Estudios Estratégicos.

lunes, 26 de marzo de 2007

Instrucciones

Llamaremos al PNV "nacionalismo moderado" aunque patee a testigos frente al TSJPV. Tal carácter se reafirma en la actitud de su policía: los escoltas del Foro de Ermua habían detenido al agresor de Antonio Aguirre, pero la Ertzaintza lo ha dejado escapar en un despliegue de moderación.

Designaremos "izquierda abertzale" al entramado ETA-Batasuna, considerado por el Tribunal Supremo como una sola entidad, terrorista por más señas. No hay que dejarse engañar: el juez Garzón –en su versión mister Hyde– aprueba la actividad pública de la izquierda abertzale. Otro efecto benéfico del etiquetaje es que los socialistas tibios se sentirán menos culpables cuando piensen en un futuro gobierno vasco en coalición con quienes asesinaron a compañeros suyos y con quienes lo justificaron.

Calificaremos de "ultraderechista" y de "franquista" al Partido Popular con el fin de facilitar a la progresía la comprensión de la realidad. Luchamos contra los padres y ahora tenemos que luchar contra los hijos, punto redondo. Resulta de lo más perturbador el manejo de pruebas en contrario, como serían: el pasado franquista, precisamente, del padre del autor de la frase "luchamos contra los padres..."; el civismo de las multitudinarias manifestantes del PP; el pasado de Jesús Polanco, la más autorizada voz de la progresía: su inoportuno enriquecimiento durante el franquismo vía información privilegiada y el monopolio de los libros de texto en el Chile de Pinochet.

Conoceremos como "crispación" los efectos de cualquier declaración, intervención pública u opinión que, relacionada con la política o la cultura, no proceda del ámbito de influencia del PSOE, IU, CiU, PNV, EA, ERC, BNG, ETA-Batasuna, digo la izquierda abertzale, y Ruiz Gallardón. Conviene no dejarse engañar por apariencias ni sentimentalismos: las víctimas del terrorismo crispan, y mucho. Cualquier popular, menos Ruiz Gallardón, crispa al hablar, aunque esté respondiendo a la frase de Rubianes "Me cago en la puta España" o a la brava descripción de "hijos de puta" debida a Maruja Torres y a la señora esposa de Carod.

Será inmediatamente acusado de guerracivilista aquel que discrepare de la Ley de Memoria Histórica –que establece oficialmente quiénes fueron los buenos y quiénes los malos en la contienda civil– o de las exhumaciones (de buenos) de Saura. Sobre la Guerra Civil española sólo pueden escribir y opinar legítimamente quienes vengan aparados por los defensores de la democracia, como los comunistas, los socialistas y la Esquerra. El año 34 no existió.

Polanco será considerado un hombre sin libertad de expresión, alguien débil a quien hay que defender en todos los foros. Blanco se presentará como un ideólogo y Rubalcaba como un modelo de sinceridad. Compraremos El País, escucharemos la SER, veremos cine español y, por difícil que resulte, nos reiremos con Eva Hache. Hala, id con Dios –es un decir– y difundid estas instrucciones, progres míos.

Juan Carlos Girauta. Libertad Digital

viernes, 23 de marzo de 2007

Polanco, a por todas

Que algunos empresarios y periodistas amamantados por el franquismo, como Jesús de Polanco o Juan Luis Cebrián, hagan suyos los insultos proferidos por ETA-Batasuna contra "la derecha fascista" del PP-UPN o contra los dos millones de "franquistas nostálgicos" que se manifestaron contra la decisión gubernativa de excarcelar al sanguinario De Juana, no es nada nuevo. Ya lo hicieron del 11 al 14-M, cuando la original infamia de Batasuna de acusar al Gobierno del PP de mentir sobre la autoría del atentado para ganar las elecciones, fue inmediatamente arrebatada y hecha suya por los poderosísimos medios de comunicación de Prisa, hasta el extremo de que muchos han olvidado que el pionero de esa vigente insidia fue, en realidad, Arnaldo Otegi.


Por mucho que sea una delirante bajeza, propia de Batasuna, que Jesús de Polanco haya calificado la multitudinaria y ejemplar manifestación convocada por el PP como "muestra de franquismo puro y duro", ¿es acaso menor que la que escribió Juan Luis Cebrián, un día después del vuelco electoral del 14-M en un artículo en El País, donde venía a decir que la decisión de Aznar de no presentarse a las elecciones obedecía a su deseo de no cosechar personalmente el fracaso electoral del PP?


Que Polanco, que tanto respaldo mediático ha otorgado a las pulsiones guerracivilistas del Gobierno de Zapatero y de sus aliados nacionalistas, a sus cainitas exhumaciones de cadáveres y a sus leyes de "memoria histórica", venga ahora a calificar de "guerracivilistas" a los dirigentes del PP, es ciertamente una muestra de desfachatez. Pero no mayor que la que cometió Cebrián titulando "De la Mentira" aquel inolvidable artículo, anticipo de la noche orweliana que nos venía encima.

Que Polanco haya despedido a Hermann Tertsch podrá ser noticia, pero no tan sorprendente como que éste hiciera hasta ahora su lúcida y abierta crítica a la mal llamada "política antiterrorista" de Zapatero trabajando en un medio de Prisa.


Las palabras de Polanco ante la Junta de Accionistas han de recordarnos algo que nadie debía olvidar como es que el frente anti-PP, que el PSOE tenía que lograr, como fuera y con quien fuera, tiene un origen prisaico. Si fue Cebrian el que marcó la "decapitación" de Redondo Terreros y la ruptura de los consensos más básicos y necesarios entre el PP y el PSOE ante la ofensiva nacionalista, es Polanco quien ahora, personalmente y de viva voz, ordena que no haya marcha atrás.

Confiemos que el temor por el revés del PSOE en las encuestas, que Polanco encubre con su agresividad, no siembre el pánico entre los dirigentes del PP y les haga volver al perfil bajo cuando aún no lo han abandonado del todo. Capaces serían.

Editorial. Libertad Digital

Los acuerdos firmados

Una de las consecuencias más desgraciadas de la deriva del Gobierno de Zapatero es la nula credibilidad que tienen sus desmentidos ante las afirmaciones de ETA-Batasuna sobre los "acuerdos firmados" por ambos y que hicieron posible el "alto el fuego permanente" durante el cual se puede asesinar. Los actos del Gobierno desde el atentado de Barajas hacen aún más increíble cualquier palabrería que puedan intentar aducir en su defensa.


Que López Garrido considere un desmentido el afirmar que su único compromiso es con "la ley y el Estado de Derecho", unas horas después de tirarlos por el retrete vía Conde Pumpido, ya clama al cielo. Pero que además pida que estemos "a los hechos y no a los dichos" en lo que respecta a la actitud del Gobierno frente a ETA es una burla al ciudadano escandalizado por la liberación de De Juana y el servicio propagandístico que el fiscal Burgos hizo a la causa etarra durante el "interrogatorio" a Otegi. López Garrido miente con excesivo descaro y sin pericia alguna, lo que hace evidente incluso para el más ardoroso defensor de la política relacionada con el terrorismo del Gobierno que existen esos acuerdos.


Hay, además, otras pruebas de ello. Ni socialistas ni miembros del Gobierno desmintieron jamás la noticia que su vocero, el diario de Polanco, daba hace ya casi dos años, en la que "fuentes socialistas" afirmaban estar dispuestos a pagar a los terroristas a cambio de una tregua. El precio consistía, además de en dar "solución a la situación de los presos", infame eufemismo para referirse a su impunidad, en incluir "a la izquierda abertzale", es decir, a los proetarras, en las negociaciones destinadas a acabar con el actual Estatuto de Guernica.

ETA jamás ha matado por matar, sino para obtener un rédito político del crimen. Naturalmente, si se le paga por no matar un precio que estime adecuado, dejará de hacerlo, al menos hasta el momento en que reciba el último céntimo de lo prometido. Pero claro, desde el momento en que un Gobierno toma la decisión de pasar por caja, queda en manos de los terroristas, del mismo modo que pagar a un chantajista por primera vez garantiza tener que hacerlo continuamente, hasta que éste decida dejar de pedir. Y ETA no va a dejar de exigir concesiones hasta que lo tenga todo: sus De Juanas en la calle y su País Vasco independiente y marxista, con Navarra y parte de Francia incluidos en él.

Y si el Gobierno se hace el remolón con el pago, pues destruyen el aparcamiento de la recién terminada nueva terminal del aeropuerto de la capital de España. Y si mueren dos personas, encima la culpa es de los policías, por no evacuar con diligencia, que ellos avisaron, oiga. Sin embargo, si se paga con premura lo acordado, desaparece el incentivo para no asesinar, pues tienen que provocar muertes suficientes como para obligar al Estado a nuevas concesiones. En definitiva, Zapatero ha entrado en una espiral de la que no se puede salir sin que se produzca más dolor y más sufrimiento.


Pero mientras tanto, levantada la presión policial y judicial sobre los terroristas para "facilitar el diálogo" y el "buen entendimiento", la banda ha podido recobrar la capacidad operativa perdida tras años de persecución con la ley en la mano. Cuando decidan volver a matar, ya sea porque el Gobierno incumpla los acuerdos firmados o porque haya terminado de cumplirlos, podrá hacerlo a pleno rendimiento. Es la consecuencia de la maldición de nuestro socialismo: o luchan fuera de la ley, o negocian fuera de la ley. Pero que sea el Estado de Derecho quien derrote a ETA, eso jamás. Sería demasiado de derechas.

Editorial. Libertad Digital

viernes, 16 de marzo de 2007

El problema es la subvención

No es necesario insistir en la dimensión eminentemente cateta del librito de fotografías blasfemas, y probablemente delictivas, patrocinado por la Junta de Extremadura. La temática de las fotos acota suficientemente la condición moral y artística de su autor y de paso la de quien financia sus marranadas. Además, todo el mundo tiene derecho a ser un botarate inmaduro aunque ande frisando la sesentena, también en Extremadura.

Lo que de verdad resulta obsceno de todo este escándalo es el hecho de que la mamarrachada se haya financiado con dinero público, que al contrario de lo que opina la CCCP, pertenece a los ciudadanos que pagamos impuestos, es decir, todos menos los luchadores por un mundo más justo y otros especimenes alternativos, que con su afán de salvar a la humanidad de la humanidad misma ya dan por cubierta su cuota solidaria.

Ahora bien, no se trata de dejar de financiar expresiones culturales porque ofendan a una parte de la población, aunque sea mayoritaria, sino de acabar de una vez con la inmoralidad del fenómeno de la subvención. Cuando un organismo oficial dedica dinero público a editar un libro, está cogiendo recursos propiedad de los ciudadanos para invertirlos según el criterio estético de sus dirigentes, y no hay que ser un antropólogo avezado para constatar que los políticos no son precisamente unos expertos literatos. Ahí está la ministra de Cultura para demostrarlo. Lo decente no es dejar de subvencionar a unos para hacerlo a favor de otros, sino acabar con las subvenciones a la (supuesta) cultura de una vez. ¿No quieren los socialistas la igualdad? Pues no se me ocurre otra fórmula más igualitaria que acabar con el nepotismo subvencionador y que cada cual viva de su talento, en lugar de sus relaciones con el político de turno.

Estoy seguro de que los extremeños podrían sobrevivir perfectamente sin que su presidente financie las paranoias exhibicionistas de un abuelete depravado. Si se trata de juzgar el criterio inversor de las autoridades, la construcción de un hospital o de una carretera seguramente contaría con una mayor aprobación popular que estas obras polémicas. En buena lógica política, cualquier desvío de fondos públicos para subvencionar los caprichos de un artista debería tener un coste electoral. Sin embargo, el socialismo ha conseguido penetrar de tal forma en la mentalidad moderna que la ecuación se ha invertido radicalmente. Así pues, si un político actual, sea del partido que sea, decidiera cerrar un departamento de cultura y devolver a los ciudadanos esas ingentes cantidades de dinero malgastado, no duraría ni cinco minutos en la poltrona.

La "redistribución de la riqueza" nos hace malas personas. Desincentiva al creador con talento en favor de una fauna apesebrada que sólo activa su intelecto para descubrir la manera de influir en la voluntad de los políticos, de cuyo favor depende. Sin la subvención de la junta extremeña, el "artista" Montoya tendría que haber buscado un editor privado y confiar en que el público aclamara su talento comprando el libro. Montoyita sería más feliz, constatando que su arte tiene aceptación popular, y los extremeños tendrían un motivo menos para avergonzarse de sus políticos, así que todos contentos. Porque "otro mundo es posible", acabemos con las subvenciones.

Pablo Molina es miembro del Instituto Juan de Mariana

miércoles, 14 de marzo de 2007

Alberto Nisman, el fiscal valiente




El jueves pasado hizo escala en Madrid el fiscal general del caso AMIA, Alberto Nisman. Pese a su indudable interés informativo, la conferencia que pronunció en la Asociación Hebraica no parece haber tenido reflejo en los medios de comunicación


Para que el público español pueda hacerse una idea de su relevancia, el caso AMIA es el equivalente argentino del 11-M. No sólo porque aquél fue el mayor ataque terrorista de la historia argentina. No sólo porque se acusó del mismo al terrorismo islamista internacional. Hay otras curiosas similitudes, por ejemplo, una desastrosa instrucción judicial, repleta de pruebas falsas y agujeros negros, que atribuyó la autoría material a unos delincuentes comunes envueltos en una mafia policial que luego se demostró nada tenían que ver con la trama.

Lo que sigue es un resumen de la exposición que realizó Nisman acerca del estado actual de las investigaciones y de los trabajos de la Fiscalía.

Recordemos los hechos: la mañana del 18 de julio de 1994 un coche-bomba explotó frente a la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en Buenos Aires. El edificio, de siete pisos, quedó reducido a escombros. Ochenta y cinco personas, judías y no judías, perdieron la vida, y más de 200 resultaron heridas. Nadie reivindicó el atentado.

Las pistas conducían hacia el terrorismo islámico chií, pero no se hicieron imputaciones concretas. Ante el clamor general, era necesario ofrecer algo al público y a los familiares, que reclamaban justicia. Así que los responsables del sumario decidieron imputar falsamente a unos pelanas, que supuestamente habrían formado la "trama local". ¿Les suena?

Después de 10 años de polémica e interminable instrucción, en septiembre de 2004 se celebró el juicio oral. Todos los sospechosos de la "trama local" fueron absueltos, y se descubrió que había habido enormes irregularidades en la instrucción (sobornos incluidos) para fabricar pruebas e inculpar a miembros de una mafia local cuya única relación con el caso era que habían robado la furgoneta con que posteriormente se cometió el atentado. Una mezcla de incompetencia y de corrupción dejaba impunes a los verdaderos responsables.

La investigación del juez Galeano quedó anulada, éste fue apartado del caso y lo de la AMIA se convirtió, en palabras del fiscal Nisman, en el "paradigma de la impunidad". Buena parte de los implicados en la falsificación de pruebas y el cierre irregular del sumario en el proceso anterior se encuentran hoy procesados.

En febrero de 2005, cuando parecía definitivamente perdida toda posibilidad de procurar justicia a las víctimas, el nuevo presidente argentino, Néstor Kirchner, creó una unidad fiscal especial, al frente de la cual puso a Alberto Nisman. Éste se rodeó de un grupo interdisciplinar, con jóvenes profesionales no contaminados por el proceso anterior, e inició la investigación desde cero, examinando las pruebas disponibles, los archivos clasificados y el descomunal sumario.

Se trataba de un titánico esfuerzo de revisión de los cientos de miles de páginas del expediente para establecer líneas de las que poder tirar en la nueva investigación. En primer lugar, intentaron verificar la autoría del presunto conductor de la furgoneta-bomba, Ibrahim Husein Berro, un militante de Hezbolá que, según fuentes oficiales islamistas, habría muerto en el sur del Líbano en un enfrentamiento con las Fuerzas de Defensa de Israel dos meses después del atentado contra la AMIA. Lo cual, de ser cierto, eximía a Hezbolá de la responsabilidad material.

La imputación de Berro se basaba en el reconocimiento facial de una testigo, que se cruzó con la furgoneta momentos antes de que explotase. Nisman localizó a la familia de aquél en Detroit y se entrevistó con el padre, que creía a pie juntillas lo propalado por Hezbolá, esto es, que su hijo había muerto en el Líbano.

El padre de Ibrahim, que ya había perdido un hijo en otro atentado suicida, reconoció, no obstante, que nunca llegó a ver ni a recibir el cuerpo de Ibrahim, y que no sabía nada de éste desde tres meses antes de su supuesto fallecimiento. Ningún miembro de la familia había tenido comunicación con Ibrahim tras el atentado contra la AMIA.

A raíz de unas investigaciones sobre llamadas telefónicas se pudo establecer que el conductor de la furgoneta-bomba provenía de la Triple Frontera, donde Hezbolá cuenta con células durmientes, y que una mezquita próxima a la AMIA hizo las veces de enlace. Otro dato importante es que el móvil investigado sólo estuvo operativo entre el 1 y el 18 de julio, y que desde él se hicieron numerosas llamadas al Líbano y a un locutorio próximo a la AMIA.

La responsabilidad del régimen Teherán se logró establecer gracias a los testimonios de varios disidentes iraníes, ex funcionarios de alto rango, que atribuían la decisión política del atentado contra la AMIA (y de otros, como el perpetrado contra el bar Mikonos, en Alemania, donde murieron cinco disidentes iraníes) al Consejo Supremo de Irán. Nisman revisó minuciosamente el atentado contra el Mikonos y otros de Hezbolá cometidos por esas fechas, y llegó a la conclusión de que los patrones de actuación eran idénticos a los que se siguieron en Buenos Aires.

En resumen, las conclusiones de la fiscalía que dirige Nisman, entregadas al juez tras dos años de investigaciones, fueron que el atentado contra la AMIA fue ejecutado por miembros de Hezbolá a instancias del llamado Comité de Asuntos Especiales, conformado por las más altas autoridades políticas y religiosas iraníes del momento. La embajada iraní en Argentina actuó como enlace, y se ha probado la transferencia de cantidades importantes de dinero en las fechas de preparación del atentado. El grupo operativo entró en Argentina el 1 de julio de 1994 y se marchó horas antes de la matanza. El conductor suicida fue, efectivamente, el libanés Ibrahim Husein Berro.

Con esas evidencias, el fiscal solicitó la captura internacional del ex presidente de Irán Alí Abkar Hashemi Rafsanjani, de los entonces ministros iraníes de Relaciones Exteriores y de Información y Seguridad y de otros cinco ex altos funcionarios, entre los que se contaba el ex agregado cultural Moshen Rabbani. El juez aceptó el informe del fiscal y lo cursó a Interpol.

Nisman dedicó la última parte de su conferencia a explicar sus gestiones para lograr que Interpol aceptara las órdenes internacionales de busca y captura contra los responsables iraníes. Interpol, ante la anulación de todo el procedimiento del juez Galeano, había archivado las anteriores peticiones, y hubo que convencerla de que se trataba de un nuevo proceso, esta vez perfectamente asentado en pruebas y en argumentos jurídicos.

En una tensa reunión con el departamento jurídico de Interpol en la que estaban presentes los representante iraníes, Nisman explicó todos los detalles de la nueva investigación y las evidencias disponibles. Ante el asombro de los presentes, los funcionarios iraníes comunicaron a Interpol que si accedía a la solicitud de detención cursada por el Estado argentino exigirían el procesamiento de Nisman... por "difamar" al régimen islamista, un delito grave en la legislación iraní.

Tras estudiar el caso, Interpol accedió a incluir en sus órdenes de búsqueda internacional a seis de los ocho reclamados por la Fiscalía argentina, mencionando explícitamente el trabajo concienzudo y profesional de Nisman, fundamentado siempre en argumentos jurídicos. Los nombres que no se incluyeron fueron los del ex presidente y los ex ministros, ya que Interpol, por norma, no incluye en sus órdenes de busca y captura a presidentes, para evitar incidentes diplomáticos.

Pese al tiempo transcurrido, el caso AMIA no prescribirá en Argentina, porque está considerado un crimen de lesa humanidad. La suerte que corran las órdenes internacionales de detención ya no dependen de la Fiscalía, ni siquiera del Estado argentino. El régimen de los ayatolás ha enviado a todos los funcionarios imputados a Irán, con el fin de evitar las detenciones, y sigue presionando a Interpol.

La oficina que dirige el fiscal Nisman se ha concentrado ahora en el análisis y tratamiento de la totalidad de llamadas que se efectuaron desde y hacia Argentina entre 1991 y 1996, unos 300 millones, con el objeto de localizar posibles elementos locales de la trama.

Nisman finalizó su intervención en la Asociación Hebraica expresando su agradecimiento las facilidades que había recibido del Gobierno de Néstor Kirchner: sin ellas, dijo, habría sido imposible llegar hasta donde se ha llegado.

El trabajo de la Fiscalía ha sido alabado no sólo por la judicatura, sino por grupos de víctimas de AMIA, como Memoria Activa, que se habían mostrado extraordinariamente críticos con el desarrollo del proceso hasta 2005.

En el turno de preguntas se le preguntó por algunas de las objeciones habituales, como los supuestos "informes del Mossad" que, en opinión de sus detractores, guiarían sus trabajos. Nisman negó la mayor, y aseguró que los informes policiales que se han utilizado en el sumario, así como los del FBI (que ayudó a localizar a la familia de Berro en Detroit y en las investigaciones efectuadas en la Triple Frontera), se han contrastado siempre con criterios jurídicos. Negó también que haya recibido presión institucional de Gobierno alguno, salvo de funcionarios iraníes, para que orientase su trabajo en un sentido u otro.

Sobre las críticas de politización del trabajo de la Fiscalía, que provienen sobre todo de la extrema izquierda argentina, Nisman insistió que todo el trabajo realizado por su equipo se basa en pruebas jurídicas concretas y contrastables. Criticó que muchos opinadores no se hayan leído con detenimiento la causa y se opongan a las conclusiones de su trabajo exclusivamente con razonamientos de "oportunidad" política, forzando así un debate extrajurídico. Su único objetivo, afirmó, es establecer las responsabilidades con argumentos judiciales, y dijo que sólo en el terreno judicial admitirá objeciones y críticas.

Como afirma Natan Sharansky, sólo teniendo la suficiente claridad moral para distinguir el bien del mal, la justicia de la barbarie, al margen del "oportunismo" político, se puede hacer frente a esta clase de brutales desafíos que sacuden periódicamente a las sociedades democráticas. Ni la guerra sucia ni la cesión al terrorismo solucionan nada. El empeño de Alberto Nisman por ir hasta el final, siempre con la ley en la mano, le ha supuesto el aplauso de los familiares de las víctimas de AMIA, que reclaman justicia desde hace 12 años, y la difamación de los medios proiraníes, así como algunas amenazas de la extrema izquierda argentina, instalada en un delirio tal que le hace considerar aliados "antiimperialistas" a un régimen tiránico y antisemita (Irán) y a su despiadado brazo armado libanés (Hezbolá).

Con una actitud opuesta a la de los jueces estrella, que nadan siempre a favor de la corriente, la valentía de Alberto Nisman merece el reconocimiento de todas aquellas personas que exigen memoria, dignidad y justicia para las víctimas y que el terrorismo sea perseguido implacablemente por el Estado de Derecho. Ese significado tuvo el caluroso aplauso con que fue despedido Nisman por su público madrileño.

ÁNGEL LÓPEZ, miembro de Hasbará-Trad.

¿De qué va Kirchner?

El presidente de la nación más poderosa de la Tierra anuncia una gira latinoamericana y la Argentina queda excluida de la agenda. El Gabinete Kirchner interpreta el hecho como un agravio a la patria y un insulto al presidente de los argentinos y decide responder con su propia ofensa: la organización de un encuentro multitudinario contra Bush en la capital del país... con Hugo Chávez como invitado especial y orador principal.

Se decide que la protesta coincida con la presencia del presidente norteamericano en el Uruguay, país con el que la Argentina de Kirchner sostiene un conflicto absurdo. Así, con un único gesto político, nuestro presidente ha alcanzado tres logros simultáneos: ofender gratuitamente a los Estados Unidos de América, acentuar el ya de por sí desafortunado alejamiento de la República Oriental del Uruguay y –acaso lo más perturbador– aproximar nuestro país a una irresponsable alianza con la República Bolivariana de Venezuela.

Esta manera de confeccionar la política exterior es tan infantil ("Si [Bush] viene a la región y no a la Argentina, acá vendrá Chávez", sintetizó un dirigente cercano al presidente) que lo lleva a uno a especular con que la auténtica motivación presidencial es otra. ¿Se trata acaso de devolver el favor a Venezuela por la compra de bonos argentinos y el rescate de la empresa Sancor? ¿Será éste un regalo simbólico de Kirchner a Chávez, para afirmar la lealtad argentina a la causa bolivariana? ¿Será un indicio obvio de las preferencias ideológicas de nuestro "inclasificable" presidente? Los estadounidenses tienen una expresión que dice más o menos esto: si luce como un pato, camina como un pato y suena como un pato... ¡entonces es un pato! Es decir, más allá de lo especulativo, lo que vemos es lo que hay. Y lo que hay es un clarísimo alineamiento argentino, cada vez más cerca del ideal chavista.

La reciente reformulación castrense a propósito de las nuevas hipótesis de conflicto ahondan aún más esta impresión. Conforme a esta nueva concepción militar, la República Argentina debería prepararse para un escenario tal en el que una potencia ávida de recursos naturales escasos, por ejemplo agua dulce, podría invadir nuestra patria con el objeto de la usurpación de lagos, glaciares y acuíferos. La nueva visión prevé maniobras defensivas tales como la guerra de guerrillas y la organización de la resistencia civil. Este nacionalismo alarmista tiene fuertes ecos en la doctrina militar venezolana, que ha impulsado a Chávez a comprar cien mil rifles de asalto Kalashnikov para armar al pueblo ante uina hipotética una invasión norteamericana. (Como consecuencia de ello, Venezuela se ha convertido en el mayor comprador de armas de América Latina; compra más, incluso, que Pakistán e Irán).

Vale recordar que la cartera de Defensa está hoy en manos de Nilda Garré, ex embajadora argentina ante Caracas, y que fue un ex funcionario del actual Gobierno –el ex subsecretario de Tierras para el Hábitat Social Luis D'Elía– el protagonista de aquel incidente de falso patriotismo en el cual violó la propiedad privada de un terrateniente extranjero en los Esteros del Iberá, en la provincia de Corrientes, en nombre de la misma "dignidad y soberanía" que esta nueva doctrina militar nos alerta podría estar bajo amenaza imperial. Y el círculo se completa al tener presente que una de las agrupaciones convocadas por la Casa Rosada para jalear a Chávez en el acto anti Bush es la Federación de Tierra y Vivienda, del mismo D'Elía, personaje que a su vez acaba de regresar de un viaje de solidaridad a Teherán con la intención anunciada de demostrar que el atentado contra la AMIA (1994) no fue obra de Irán.

La Venezuela de Hugo Chávez es una fuerte aliada de la República Islámica de Irán, presidida por Mahmud Ahmadineyad, denegador del Holocausto, aspirante declarado a cometer un genocidio y lunático apocalíptico. A comienzos de este año, con ocasión de la visita del iraní a Caracas, ambos anunciaron la creación de un fondo estratégico de 2.000 millones de dólares para asistir a los Gobiernos izquierdistas que deseen "liberarse del yugo imperialista" (la asistencia económica de Estados Unidos a América Latina anunciada por el presidente Bush en vísperas de su gira rondaba esa misma cifra).

Uno de los países de la región con mayor presencia de la agrupación islamista Hezbolá es Venezuela; especialmente en la isla Margarita, una zona de libre comercio que alberga una importante comunidad árabe-musulmana, y Maracaibo, con adeptos indígenas de la tribu wayuu conversos al islam. Resulta llamativo que nada de esto parezca inquietar a los actuales gobernantes de la Argentina, país en el que Hezbolá está acusada de ser la autora de dos ataques terroristas de envergadura y cuya justicia pidió la captura internacional de antiguos mandatarios iraníes.

En resumidas cuentas, Irán está gobernada por un régimen teocrático fundamentalista que patrocina el terrorismo internacional y desarrolla ilegalmente un programa nuclear. Su principal aliado en Latinoamérica es Venezuela, que se encuentra gobernada por un militar golpista, revolucionario y populista que ha convertido esa nación caribeña en un país altamente militarizado, socialmente fracturado y políticamente enemistado con Washington, a la vez el mayor enemigo de Teherán.

Qué pretende ganar Néstor Kirchner asociando la Argentina a esta nefasta comunión es algo que está más allá de toda comprensión. Chávez y Ahmadineyad llevan adelante un programa estratégico ambicioso. La Argentina no debería estar ni remotamente cerca de él. Lamentablemente, la política circense de nuestro Gobierno no nos reasegura demasiado en este sentido.

JULIÁN SCHVINDLERMAN, analista político argentino.

España no es cosa de fachas

Las críticas de la plana mayor del zapaterismo y de sus estrellas invitadas a la manifestación convocada por el PP, exponen el fondo de un conflicto, que no es actual, sino contemporáneo: tan largo o corto como esta democracia. Todo su esfuerzo se dirige a identificar a los que defienden la pervivencia de la nación con la extrema derecha. A que se vislumbren tras los símbolos nacionales los bigotillos y los brazos en alto del franquismo. A explotar el viejo tópico en el que se crió –nos criamos– buena parte de la izquierda bajo la dictadura y que, ya caducado, pasaría engordado por los nacionalistas a ese maletín de la señorita Pepis con el que se maquilla de emociones una progresía aburrida de sí misma: que eso de España es cosa de fachas.

Pero las reacciones de los dirigentes del PSOE no sólo alimentan una de las anomalías más estúpidas y peligrosas de las que han lastrado el sistema político, como es ésta de visualizar la nación como un residuo franquista. También revelan que ellos, los socialistas de cualquier guardia que esté de guardia, participan de la absurda idea de que España exuda, aunque no sabrían decir por qué, un tufillo reaccionario; que no está del todo bien ni es del todo presentable defenderla frente a quienes desean trocearla; que empeñarse en ello no es una actitud de "izquierdas" y, por lo tanto, no es decente, democrática y moderna. Se han explorado los complejos de la derecha, pero hete aquí uno de los mayores complejos de quienes persisten en presentarse como la izquierda y, a efectos de voto, la representan. De momento.

De momento, porque al final de la calle, quienes se encontrarán frente a frente no son las dos Españas de Machado y del tópico, otro más y por igual caduco. No son la España de izquierdas y la de derechas las que se ojean y disputan, aunque la izquierda oficial así lo haga creer para desdibujar su opción reciente: la de alinearse y aliarse con quienes llevan veintitantos años (la ETA, más) tratando de destruir la nación. Una meta que debió de parecerles muy lejana hasta que llegó un presidente para quien aquello que gobierna resulta tan discutido y discutible como la alineación del Real Madrid o el Barça. No. Lo que está en cuestión trasciende la antigua querella. Se trata de conservar el cuadro o de hacerlo pedazos. Las cesiones a ETA representan del modo más hiriente la liquidación de la nación, y por ello, no sólo levantan ampollas, sino también banderas. Pero no son las únicas señales de que ésta es la confrontación entre un proyecto civilizado y un plan retrógrado y delirante. Un plan perfecto para el nacionalismo y suicida para un PSOE que sólo ha querido ver sus ventajas y ahora se debate con los efectos imprevistos soltando bandadas de "aguiluchos" y soflamas de corte racista: por su físico los reconoceréis (a los franquistas, y eran todos el 10-M).

Izquierda y derecha se habían venido inclinando con genuflexión variable ante una ortodoxia dominante que prescribía como inconveniente, y poco menos que ordinaria, la reivindicación de España frente a los que abominaban de ella. Las minorías amedrentaban a quienes desobedecían el diktat y la mayoría achantaba, siempre tan prudente. Las manifestaciones y el movimiento cívico surgido al calor de las naves que quema ZP no habrán conseguido que el gobierno rectifique, pero han logrado algo quizás más importante: quebrar esa hegemonía ideológica y acabar con el pusilánime acatamiento de los tabúes que impedían expresar lo evidente: la voluntad de unión entre los españoles. España no es cosa de fachas sino de ciudadanos.

Cristina Losada. Libertad Digital

martes, 13 de marzo de 2007

Energía verde contra el gorila rojo

El acercamiento entre Bush y Lula ha puesto muy nervioso a Chávez, puesto que la base del mismo es la promoción del etanol, la alternativa de moda al petróleo, que es la base del poder del gorila rojo. El caudillo venezolano no sólo ha visto como uno de sus aliados en la región se acerca a su gran satán y principal cliente, sino que siente amenazado su poder por una vía que no esperaba: la promoción de alternativas energéticas. No es de extrañar que en uno de sus arrebatos haya tildado el acuerdo de "irracional" y "anti-ético". Chávez recurriendo a la ética, quién lo iba a decir.

Sin embargo, pese a la tentación que supone aprobar todo aquello que pueda perjudicar o simplemente molestar a Chávez, este movimiento puede tener sentido estratégico en Latinoamérica, pero carece de lógica desde un punto de vista energético. El etanol es caro y se emplea como combustible únicamente gracias a los subsidios. Además, las diversas investigaciones realizadas parecen indicar que tiene un balance negativo de energía. Es decir, que cuesta más energía producir un litro de etanol que la que ese mismo litro contiene. Si se popularizara demasiado los ecologistas protestarían por el aumento de la superficie de cultivo de azúcar y maíz para su producción y porque emite más CO2 que la gasolina. Aún así, dado que es una energía renovable y vista la promesa de llegar al 20% de renovables que la Unión Europea se ha puesto como meta, no sería de extrañar que la producción de etanol crezca notablemente durante los próximos años.

Existe una opción viable para reducir la dependencia del petróleo, pero no cuenta con el beneplácito ni de políticos ni de una gran parte de los ciudadanos. Sin embargo, habría que empezar a considerar de una vez que casi nunca se escoge entre algo bueno y algo malo sino, mal que nos pese, entre lo malo y lo peor. Y, en ese contexto, la energía nuclear sólo es mala.

Editorial. Libertad Digital

Fuera máscaras

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero muestra dos caras completamente distintas, irreconciliables la una con la otra. Toda la consideración, la ternura, la pusilanimidad que muestra ante la banda asesina ETA, toda su prestancia a cumplir sus objetivos, toda su genuflexión moral y política ante ellos se torna inflexibilidad, dureza a cara de perro y sectarismo hacia a las víctimas y frente a la oposición democrática. Zapatero cortó la mano tendida que le ofrecieron en su momento las víctimas del terrorismo, como lo ha hecho de forma repetida con los ofrecimientos reiterados de Mariano Rajoy para que Zapatero reconduzca su trayectoria radical y rupturista.

Por eso adquieren tanto significado las palabras, extraídas del discurso de este sábado, en las que hablaba de la necesidad de "recuperar el consenso"; pero, dado que "no es posible alcanzarlo con el Gobierno, yo quiero establecerlo con la gente, con los españoles". Rajoy quiere llegar a un acuerdo con la mayoría de los españoles que, desde diversas tendencias ideológicas, sencillamente se oponen a la deriva que está tomando el gabinete de Rodríguez Zapatero, en el poder.

Los socialistas saben de la fuerza que el movimiento cívico contra la rendición, y calculan el efecto electoral que puede tener. Pero en lugar de rectificar, huyen hacia delante y profundizan en su estrategia de deslegitimación del centro derecha a existir, a manifestarse en la calle o en cualquier medio, a presentarse a las elecciones, a participar en la democracia. Es el cordón sanitario, que se empezó a hilar con la misma llegada de Zapatero a la Moncloa, y que no ha hecho sino estrecharse desde entonces.

El País dio rienda suelta a su filosofía totalitaria, identificando el ejercicio de un derecho individual con el ataque a las instituciones. Ya sabemos qué clase de "instituciones" tiene El País en mente para España. Saramago, que dijo de la democracia "la debemos cuestionar a cada oportunidad", y sin perder esta que se le acaba de presentar, ha advertido al PP que "va a pagar muy caro" haber convocado la manifestación. Doscientas personas, acaso doscientas mil según la delegación del Gobierno, se han manifestado en Madrid exigiendo la ilegalización del PP. Reaparece, con burda manipulación, el fantasma de la ultraderecha. Estos días se le ha acusado nada menos que de dar un golpe de Estado.

Cuanto más cerca de la victoria señalen las encuestas y el resto de indicios a los populares, más vamos a contemplar el espectáculo de numerosos socialistas quitándose la máscara de demócratas y dejando ver sus más íntimas convicciones, según las cuales un partido de corte liberal conservador no es más que un estorbo. Sólo una reacción cívica y ciudadana como la que está en marcha podrá refrenar los planes más radicales de Rodríguez Zapatero.

Editorial. Libertad Digital

Orwell "desestructurado"

Una multitud se manifestó este sábado, día 10, para protestar contra la complicidad del Gobierno Zapatero con los criminales de la ETA. ¿Cuán multitudinaria fue esa multitud? Según el Partido Popular, convocante, fueron 2.500.000 personas; según la Comunidad de Madrid, 2.125.000; según la Delegación del Gobierno, 342.655. Ni 342.654 ni 342.656. Exactamente, 342.655 (el rigor aritmético de este organismo no tiene parangón en el mundo). Según cualquiera que haya asistido a la manifestación o visto sus imágenes, fueren los que fueren, atestaban todo el espacio entre la Puerta de Alcalá y la Plaza de Colón. Una barbaridad de gente.

Esta manifestación mostró, una vez más y más categóricamente que nunca, que son muchísimos los españoles a los que repugna el compadreo de la banda zapatética con la banda etarra. Pero no servirá, como era previsible, para que el Gobierno rectifique. No rectificará porque el despotismo es ajeno a razones y la abyección, insensible a la decencia. "Sólo las urnas podrán ya obligar a rectificar a Zapatero", titula su editorial El Mundo. Un oxímoron: Zapatero no rectificará nunca, por tanto el compadreo con la ETA sólo cesará si las urnas lo expulsan del Gobierno.

Los burócratas zapatéticos se han apresurado a confirmarlo. Como el despotismo que nos azota está menos racionalizado que los históricos soviético o nacionalsocialista y que los literario Un mundo feliz o 1984, la "verdad oficial" no es una mentira única, sino una "desestructurada" colección de mentiras. Depende de la exigencia del momento, la "realidad nacional" en que se formule, el gusto del portavoz, etc. Desgracia adicional porque a una "verdad oficial" se puede oponer la verdad, pero cuando la mentira es hidra de cien cabezas la verdad se fatiga en inacabable combate.

López Garrido ha sido el primero en reaccionar. Según él, la convocatoria tuvo poco éxito, a pesar de que según las cifras de la Delegación de su propio Gobierno ha sido la más numerosa de todas las celebradas desde que su cuate Zapatero llegase, infaustamente, al poder. El Partido Popular esperaba mucha más gente (¿cómo sabe él cuánta gente esperaba el PP?).

La "verdad" de Pepiño Blanco es más original. A Rajoy le parecen muchos los manifestantes, pero son "sólo la mitad de los que han muerto en Irak". Aunque fuese verdad, ¿qué tendrá que ver una cosa con otra? Tomemos, a efectos retóricos, por buena la cifra oficial: la opinión de 342.655 personas carecería de relevancia porque en la guerra de Irak habrían muerto el doble. Con la misma lógica, la significación del genocidio camboyano, del "holocausto" nacional-socialista o de los genocidios estalinistas, o de los votos que llevaron a Zapatero al poder, derivaría de su comparación con el número de muertos provocado por una guerra precedente. Se comprende, así, la simpatía de la banda zapatética por De Juana: el pobre ha matado (y eso a lo largo de varios años) menos que cualquier terrorista iraquí en un solo día. Ni Goebbels habría osado tamaña impudicia.

La "verdad" oficial del Fiscal General también tiene su intríngulis: ya apenas quedan víctimas, ha dicho. ¿Serán las tres que aun no se han enfriado del todo? Pero, ¿qué ha sido de las otras? ¿Hasta Pilar Manjón ha desaparecido? ¿Qué instancia las ha suprimido? Ordene usted, buen hombre, una investigación urgente. Y comuníquelo a los Reyes, evitándoles el ridículo de asistir a actos por víctimas inexistentes. La vicepresidenta, entre modelito y modelito, entre sarao y sarao con las damas de la alta sociedad africana, también ha emitido su "verdad", no menos mendaz que las anteriores. Todo miembro cualificado de la banda ha echado su cuarto a espadas.

Pero lo peor está por venir. El jefe Zapatero quiere imprimirle amor a la cosa. Sólo nos faltaba un Ministerio del Amor. Echémonos a temblar: lean o relean 1984 (como para preocuparse por el calentamiento del planeta)

.José Vilas Nogueira es profesor emérito de la Universidad de Santiago de Compostela

lunes, 12 de marzo de 2007

El Irak de Zapatero

Irak ha sido una bendición del cielo para Zapatero, todo un record como vaca proveedora de toda suerte de leches políticas, pero en un mundo finito, y en otro él no parece creer, contamos con que todo se acabe. Con o sin su estímulo, sus admiradores y partidarios deben pensar que no ha llegado todavía el momento y han decidido probar una vez más a ver si la ubérrima ubre del conflicto iraquí mana todavía algún nutriente izquierdista y convocan a los suyos para tapar la malhadada excarcelación del etarra (¿no podía Otegi haber pedido el valle de Arán, que lleva un nombre tan vasco como el del fundador Arana?) a costa de abandonar a los pobres iraquíes que son asesinados a mansalva, no como las víctimas de De Juana, que nunca pasaron de doce de una vez.

Lo de abandonar no es más que un decir, porque jamás se preocuparon por ellos sino por quienes los sacrifican cual corderillos en pascua islámica. Optaron siempre, y ahora lo ratifican, por los matarifes a quienes siempre han exaltado como a heroicos resistentes que luchan contra los invasores que vienen a robarles las arenas del desierto, porque lo del petróleo cuesta cada vez más venderlo, gasolineras aparte, y ya sólo se lo creen los que lo creen todo, como eso de que después del atentado de la T-4, perdón, accidente, el gran jefe cortaba con ETA o como eso otro de que el retorno al dulce hogar y patria querida del famélico huelguista es un acto humanitario. Igual cuando se recupere dice que a año por muerte no le importa otros dos más de Chirona pero que le va otro par de actuaciones patrióticas.

Así que manifestación por la paz en Irak, que no consiste en acabar con los que guerrean contra civiles desarmados sino en facilitarles el camino de la victoria. No deja de estar mal visto. También de ese modo se puede conseguir la paz. Y vuelta a empezar. Los que hacen la convocatoria en Sevilla se han dejado arrastrar por el arrebato y piden la retirada de todo lo retirable también de Afganistán, Palestina, Líbano y, por si acaso, dejan en suspensión tres puntos bien marcados.

Luego vuelven a la carga. "Ninguna acción militar contra Irán", que un caprichito nuclear para los ayatolas no va a ninguna parte, y menos, a lo que parece, contra los principios y sensibilidades del pacifismo integral. Al fin y al cabo los misiles islámicos ya casi nos alcanzan y no conviene contrariarlos, que Ahmadinejad es uno de los pocos amigos que le quedan a Zapatero por ahí afuera. Redondean su desiderata los seráficos sevillanos con la disolución de la OTAN. La moderación salta a la vista, no piden la de los ejércitos.

Zapatero no promete su comparecencia. Si la cosa no enardece los ánimos de los corazones izquierdistas espera que su oculta mano se salve de la quema, como se salvó, y de qué modo, cuando prometió que retiraría las tropas de Irak si llegaba al poder. Si sabía que nuestra presencia nos ponía en peligro alguien podía interpretar la promesa como una petición de ayuda. Luego, claro está, no lo sabía, porque de haberlo sabido no la hubiera hecho. De sabios es equivocarse.

GEES, Grupo de Estudios Estratégicos.

La irrupción de la libertad

Don Quijote volvió a salir a la calle el sábado e inspiró a Rajoy su pensamiento más certero: "Somos una voluntad en marcha." Pase lo que pase seguiremos como el junco en la ribera. No nos moverán. No nos expulsarán del espacio común de todos los españoles: España. Sin embargo, el Gobierno de Zapatero volverá a despreciar a millones de ciudadanos porque exigen libertad e igualdad para todos los españoles. Sí, volverá hacerlo, primero, porque no tiene otro objetivo que no sea enfrentar a los ciudadanos para desmembrar España; segundo, porque su "política de exclusión" y marginación de media España, siempre acompañada de imágenes tan arbitrarias como unitarias de la sociedad, así se lo exige.

El Gobierno seguirá, pues, mintiendo sobre el único proceso democrático existente hoy en España: la lucha por el reconocimiento de que todos los españoles sean libres e iguales ante la ley, que iniciado el 22 de enero de 2005, la primera gran cita de los españoles en el espacio público para que De Juana Chaos no fuera excarcelado, tuvo en el acontecimiento del sábado una de sus máximas representaciones. Mentirá, sí, pero no podrá parar esta rebelión cívica, esta revolución democrática, para que España siga siendo España. Es una lucha quijotesca, desde abajo, desde la sociedad civil más desarrollada representada por las asociaciones de víctimas del terrorismo, que ha ido ascendiendo hasta las elites políticas del PP sin que ya nadie pueda detenerla. Rajoy no es todavía un gran hombre de Estado, pero el sábado dio el primer gran paso para serlo, porque recogió con precisión, inteligencia y sentimiento el grito quijotesco de los españoles: queremos ser libres. Nadie nos excluirá del suelo de la libertad: España.

Don Quijote, el pueblo español, ha irrumpido, ha entrado festiva e intempestivamente en el mundo cerrado y excluyente de Zapatero y los suyos movido por un sentimiento de libertad, de rebelión, que ya nadie puede parar. Por lo tanto, más que aprendido y pensado, Rajoy ha hecho suyo el discurso quijotesco, la filosofía más grande de España, el pensamiento de un loco genial, y repitió en la plaza de Colón: "Somos una voluntad en marcha". En realidad, las palabras de Rajoy son el eco político de las de Don Quijote a Sancho: "La libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos." Contra ese don, casi un asunto divino, no podrán las mentiras, los engaños, los dosieres, las calumnias y los enjuagues "políticos" del gobierno de Zapatero con los terroristas. Los socialistas volverán a negar la libertad de los españoles, pero éstos no cesarán de luchar por su reconocimiento, porque quien ha disfrutado de la libertad no está dispuesto a perderla.

La lucha continuará, obvio, y será cada vez más dura. He ahí el otro gran mensaje de quienes estuvieron presencial o espiritualmente el sábado en Madrid: la libertad es conquista y supuesto, lucha y disfrute, acción y pensamiento. La manifestación del sábado es una escuela de aprendizaje democrático que nos trae siempre más y mejor libertad. Posiblemente, el Gobierno mañana mirará para otro lado, pero el mundo entero ya lo está juzgando por ser el más antidemocrático, sectario y excluyente de los gobiernos de Europa. La manifestación del sábado es un parte-agua en la política española, y quizá también en la europea, porque nadie en Europa conoce tales movilizaciones democráticas.

Esperemos que, por fin, el PP se crea que representa uno de los partidos más importantes de la sociedad europea. Sí, pocas, quizá ninguna, formaciones políticas en Europa serían capaces de organizar un acontecimiento político de la importancia del vivido el sábado en Madrid. Los periodistas extranjeros y los observadores imparciales asistente estaban entusiasmados ante el espectáculo democrático de miles de personas exigiendo no derechos, sino algo más importante: el derecho a tener derecho de no ser excluido de su suelo común, de su nación, de su patria.

Agapito Maestre. Libertad Digital

domingo, 11 de marzo de 2007

Castellana Matata

España es la nación más rica del mundo. Y si alguien lo duda, que repase nuestra historia remota o, meramente, lea los periódicos. El gusto por el despilfarro, con los dineros de la olla grande, claro, viene de la noche de los tiempos. Ojeen un poco los Avisos de Barrionuevo (el Bueno), en pleno siglo XVII, y verán lo que eran fastos y boatos en un país que ya no estaba para alegrías del bolsillo. El hombre lo denunciaba a su aire apuntando directo al Philipo que como rey le tocó en suerte, mas sin mucho éxito, por circunstancias bien conocidas.

No haremos una relación de los derroches hispanos, aunque resultaría sabrosa. Sólo recordaremos que en épocas mucho más recientes un alto dignatario norteamericano comentó, tras visitar el Valle de los Caídos, que su país no era tan opulento como para financiar una obra de tal porte. Al margen de la ironía o la notable exageración del yanqui en todos los sentidos (de hecho, en Estados Unidos sí hay monumentos que se pretendieron grandiosos y se quedaron en caros) y del alcance político de nuestro Valle, o de su valor estético (que lo tiene, pese a quien pese), podemos convenir en que la construcción de Cuelgamuros costó unos cuartos en tiempo de apreturas, como poco.

Hace dos noches, por los salones de un hotel de gran lujo de la Castellana pululaba un nutrido grupo de personas de raza negra: ellas, con sus coloristas uniformes de africanas oficiales que tanto popularizó nuestra anciana vicepresidenta remedando La Rosa del Azafrán, ellos de acompañantes de obligado cumplimiento con sus vaporosos y holgados ropajes tan poco aptos para salir de ronda en la gélida noche madrileña. Tampoco faltaban varias niñas igualmente ataviadas con faldomentos y turbantes variopintos y chillones, muy útiles para pasar frío. Pero eso... ¿qué quieren que les diga? Con sus temblores se lo coman.
S
in embargo, me llamó la atención, más que lo inadecuado de la vestimenta por folklórica que parezca, la eficaz manera con que aquellas personas, en tropilla clánica o familiar (la familia que viaja unida, permanece unida) echaban su cuarto a espadas para combatir la pobreza, la marginación y –si me apuran– hasta el racismo que los africanos (y africanas) soportan por culpa de las infames potencias coloniales. Los egregios visitantes –y visitantas, apostillaría Dixie– demostraban de pragmático modo que la solidaridad bien entendida comienza por uno mismo. Me pregunté con malicia que de casta aldeana viene, quién pagaría la cuenta del hotel y los pasajes del llamativo grupo: las señoras, los maromos no menos solidarios y las churumbelas, desde luego, no. Y la pregunta, en realidad, se quedó corta ante la duda que, de seguida, me asaltó: cuántas de ellas, niñas incluidas, estarían (estarán) adecuadamente mutiladas, como exige el ineludible respeto multiculti que todo progre de bien ha de profesar cuando cursa una invitación.

Al día siguiente, 7 de marzo, comprendí que el asunto era mucho más crudo de cuanto mis observaciones folklóricas podían vislumbrar: el siete y ocho de los corrientes se celebraba en Madrid, con la Reina y la venerable María Teresa presentes, el "II Encuentro España-Africa, Mujeres por un Mundo Mejor", impulsado por España y Mozambique con el fin de hacer realidad "el ideal de romper los espacios de discriminación en los que viven millones de mujeres en el mundo". Aclaro –para descargar mi alma de la responsabilidad de utilizar semejante prosa tecnoprogre– que el párrafo precedente está copiado de los periódicos. Y al evento han asistido quinientas prójimas africanas, con lo cual multiplicando por el número de maromos vestidos de blanco o azul y de niñas enturbantadas o empañueladas nos sale por un pico. Ante tal esfuerzo solidario habría que oír al pobre Barrionuevo (el Bueno) que tanto se escandalizaba porque la caza de una zorra o dos conejos por parte de su Felipe IV costaba al erario veinte mil reales, maravedí arriba, maravedí abajo.

Aquí no duelen prendas: si a los áulicos consejeros de Rodríguez se les ocurre la genialidad de la Alianza de Civilizaciones, éste tira de chequera y apoquina hasta por los helados que se coman Kofi Annan o Mayor Zaragoza, otros solidarios de pro; si Rubalcaba implora la ayuda marroquí o mauritana para disimular un poco en el coladero de las fronteras, allá van todoterrenos, motos acuáticas y de las otras, lo que sea; si Moratinos finge negociar algo con los subsaharianos para que no nos manden más compatriotas de los que jamás pisarán el hotel Villamagna, extrae el talonario. Y así. Y lo mejor de todo viene con los resultados: patada en la boca por colonialistas y ricos a la primera ocasión. Pregunten a los policías maltratados en Mauritania y abandonados por nuestro gobierno. Y es que estos imprevisores funcionarios cometieron dos errores: presentarse en África sin las ropas adecuadas y sin saber cantar el Akuna Matata. María Teresa debería darles clases.

Serafçin Fanjul. Libertad Digital

Y ahora, a rescatar la soberanía

La manifestación de este sábado, por históricas que resulten sus proporciones, no tendrá el menor efecto en la política antiterrorista de José Luis Rodríguez Zapatero, tal y como el presidente ha avisado, displicente, en la víspera de la convocatoria del PP. Ignacio de Juana no volverá a la cárcel a cumplir hasta el último día de su condena a tres años de prisión, y Batasuna-ETA se presentará a las próximas elecciones locales, bajo este o cualquier otro pabellón electoral, sin haber condenado el terrorismo y sin cumplir con la Ley de Partidos.

Conviene dejarlo sentado, para que la potente energía de patriotismo y libertad que ha prendido en una parte de la sociedad española se mantenga con la debida tensión cívica y no decaiga en frustración ante las nuevas e inexorables cesiones que el Gobierno hará al terrorismo en los próximos meses.

Es indispensable que el foco de resistencia pacífica nacido en el seno del movimiento de las víctimas y galvanizado por el colosal potencial movilizador y pedagógico del primer partido político de España en número de afiliados conserve viva y lúcida su heróica impugnación moral de un presidente consumido por la debilidad y desbordado por el desafío de los enemigos de la libertad y de España.

Es clave que la llamada de Mariano Rajoy a “todos los españoles a los que les importe España” para que pongan “fin a esta situación” de crisis nacional llegue al último rincón del último hogar del país; y sólo la conmovedora conjura cívica confirmada este sábado por dos millones de personas en las calles de Madrid puede propagarla.

Por eso, lo más difícil y duro de este auténtico movimiento por la independencia nacional empieza ahora. Después del vibrante clamor de unidad en la ciudad más abierta y plural de España; después de un vendaval de banderas jamás visto y de un rescate popular del himno, convertido en símbolo de la libertad, llega el verdadero desafío: un Gobierno acorralado, más rehén que nunca de la voluntad de ETA, y, por lo tanto, más despótico y dispuesto a perpetrar más injusticias que nunca para satisfacer a los terroristas.

Un presidente que llegó al poder gracias a los terroristas contrae un vínculo fáustico de por vida. Sólo los terroristas deciden cuándo saldrá del poder, y hasta cuándo les servirá desde el mismo. Este otro 11 de marzo, tres años después de aquel sangriento jueves que le hizo ganar las Elecciones contra toda evidencia, Zapatero es un presidente más débil y, por lo tanto, más peligroso para España. Un gesto de ETA, un simple comunicado, una promesa renovada de paz que reanime su proceso, su único programa político, su kit de supervivencia, sólo conseguirá precipitar la política de cesiones.

Desenmascarado incluso por sus votantes, desacreditado por la fácil y cobarde humillación de las víctimas, abominado por al menos la mitad de la nación, como ningún otro mandatario desde Fernando VII, por su ensañamiento en la traición, ¿de qué no será capaz a partir de ahora, a cambio de una prórroga otorgada por un gesto de los terroristas? Por eso, la respuesta del movimiento cívico debe ser el mantenimiento de la resistencia pacífica en la calle, y la del PP, volcarse en la batalla de las autonómicas (particularmente, en Navarra, pieza clave de la estrategia conjunta de Zapatero y ETA) y, a continuación, en el objetivo de un adelanto electoral que restituya cuanto antes a los españoles una soberanía que este presidente legal, pero ya completamente ilegítimo, ha puesto en rebajas a los terroristas.

Editorial. Libertad Digital

sábado, 10 de marzo de 2007

10-M La manifestación más importante




Pues sí, Rajoy tiene razón cuando afirma que la de mañana es la manifestación más importante de la democracia. No se trata de negar trascendencia a la que siguió al 23-F. Pero aquella cerraba un episodio anacrónico y soldaba una alianza entre partidos, respaldada por la inmensa mayoría de los españoles.

Ahora es al revés. Los convocados para mañana sábado por el Partido Popular (y las innumerables asociaciones que se han sumado al acto, desde la AVT y la Fundación por la Defensa de la Nación Española a la Confederación Española de Policía) se reunirán en la Plaza de la Independencia, en Madrid, no para celebrar un éxito y dar por cerrada una etapa, sino exactamente para lo contrario: para evitar que se termine de perpetrar un nuevo crimen, de los muchos que han caracterizado nuestra historia, en contra de la libertad, la patria y la democracia.
De Rodríguez Zapatero no se fía ya nadie: ni los neocomunistas, ni los nacionalistas, mucho menos los socialistas, a poca cabeza que tengan, y menos aún sus propios ministros. Rodríguez Zapatero ha traicionado a todo el mundo, a los que considera sus enemigos políticos (el PP, sus votantes y simpatizantes), y también a sus propios aliados nacionalistas, aquellos con los que ha querido reconstruir el Frente Popular para expulsar a la derecha de la vida española.


Los únicos amigos que le quedan son los etarras. Quizás es porque desde el 11-M depende de ellos, o tal vez es que Rodríguez Zapatero está convencido de que la nueva España con la que él sueña los necesita. Sea lo que sea, Rodríguez Zapatero ha convertido a los etarras en el eje central de toda la vida española, en la raíz fundacional de la nueva España que se disponía, y sigue dispuesto, a crear.


La importancia de la manifestación de mañana es por tanto infinitamente mayor que la que siguió al 23-F. Consiste en hacer comprender a Zapatero y a todos los aspirantes a sustituirlo, que probablemente serán muchos más de lo que creemos, que la mayoría de los españoles no estamos dispuestos a que nuestra nación, nuestro país, nuestra patria, la idea por la cual soñaron y se sacrificaron nuestros padres y que nosotros vamos a dejar a quienes nos sigan aquí, va a ser el fruto de esa coyunda inmunda entre traidores y asesinos. Que no vamos a renunciar a una idea de España integradora, libre y democrática.


Después de muchas manifestaciones cuyo hilo común ha sido la libertad y la dignidad, ahora se anudan de una vez, a la llamada del único partido nacional y democrático que nos queda, la dignidad, la libertad y la patria común, España. Vamos a defender España, una propuesta moral, un legado de ilusiones y una aspiración limpia a ser lo que somos, sin imposiciones ni chantajes.

Eso es lo que Rodríguez Zapatero y sus amigos no comprenderán nunca.



José María Marco. Libertad Digital

viernes, 9 de marzo de 2007

Manifestación y medios de comunicación

Ni El País se cree las simplezas del Gobierno sobre la excarcelación del sanguinario De Juana Chaos. Ya no importa que Zapatero y su gente mientan y mientan. ¿Quién cree a López Garrido o a Rubalcaba? Nadie que tenga decencia democrática. La crisis de gobernabilidad ha tocado fondo. En otras palabras, mientras que millones de ciudadanos se movilizan por la libertad y saldrán a la calle a defender la democracia el sábado, el PSOE ha quedado reducido a una agencia de intereses "políticos" partidistas y privados, dirigida a golpe de látigo por personas tan "preparadas" como José Blanco, con el objetivo de dividir, aún más, España en tres trozos para seguir aumentando sus intereses "ideológicos" y crematísticos...

Este Gobierno está tan deslegitimado que no hay posibilidad de regeneración democrática posible en estas circunstancias. Quizá la convocatoria de elecciones anticipadas podría detener algo el deterioro, en algunos casos irreparables, al que han llevado estas gentes las instituciones de una débil democracia. En este contexto de crisis institucional generalizada resulta imposible no admitir que un Gobierno, que no gobierna, crea constantemente inseguridad y amenaza permanentemente nuestras libertades, provoca una violencia política "añadida", peligrosa, a la ya de por sí violencia política institucionalizada, que debe existir en toda democracia que se precie de tal.

Pero, ahora, hay otro problema tan grave como el anterior a la hora de crear tejido democrático. Muchos medios de comunicación, que viven de silenciar el desgobierno de Zapatero y, por tanto, de mantener una ficción de "legitimación" democrática, producen más violencia y deterioro del ya deteriorado paisaje democrático. La mentira siempre trae más dolor y sufrimiento. Sí, sí, la cuestión delicada a la que nos enfrentamos los demócratas es que la mayoría de los medios de comunicación está recurriendo a todo tipo de engaños, falsedades y mentiras para que sus negocios sigan siendo rentables con la ayuda de un Gobierno quemado, muerto y deslegitimado para una tarea democrática. Los grandes magnates de la comunicación persisten en ocultar el problema fundamental de España: el Gobierno no gobierna. Ocultar esta verdad es tanto como contribuir a traer más violencia.

Sin embargo, los grandes editores recomiendan cínicamente rebajar el "nivel", dicen con lenguaje melifluo, "de crispación política". Descarados. El silencio, terriblemente amenazador, de los medios ante la crisis institucional más importante de España produce pavor. El gangsterismo "político" recorre las redacciones de los medios de comunicación. El miedo atenaza a cientos de periodistas a levantar acta de lo que está delante de nuestros ojos, en fin, a decir algo con coherencia política y democrática. ¡Ojo que no hablo de ideología sino de gangsterismo ideológico! Ven peligrar sus puestos de trabajo. Los grandes editores han tocado a rebato. La consigna es elemental, primitiva y eficiente para una "sociedad" basura: "El PP está crispando la vida política." Los grandes editores siguen con extremada pulcritud, permítanme la ironía, al presidente del Senado: "Esto es una vergüenza". Caen en la abyección porque, como decía Max Weber, el gran científico político de todos los tiempos, utilizan la "ética" como medio para defender no sus "razones" sino sus inmundicias inmorales, su "tenemos la razón".

Un ejemplo para evaluar el nivel de abyección moral de los medios de comunicación es el silencio terrible ante las declaraciones "éticas" de Llamazares contra la "crispación" del PP. He ahí un caso, uno más de cientos, de cinismo moral e hipocresía política: mientras un funcionario comunista de IU grita por la ilegalización del PP y por el encarcelamiento y la tortura de sus dirigentes, Llamazares, el jefe político del mencionado munícipe, pide sosiego, deliberación y tranquilidad a la vida política española. Eso se llama "coherencia revolucionaria", sí, por un lado, se pide debate sosegado y, por otro lado, se exige la tortura del contrincante político. Pero lo trágico no es que los medios de comunicación callen y no se atrevan a criticar esas, por decir algo, contradicciones, sino que la inmensa mayoría de plumillas a sueldo de los magnates de la prensa prosocialista emiten los amanerados grititos: no crispen. No es para tanto. Todo es una ficción, según dicen los más cobardes, una sobreactuación de los políticos, que no deberían creerse los ciudadanos.

La cosa está clara. Basta que el PP convoque una manifestación política por imperativos democráticos, o sea, porque viene exigiéndoselo la parte más responsable y limpia de la sociedad española, para que los medios de comunicación más gangsteriles exhiban sus miedos y estulticias ante una situación radicalmente democrática y, por supuesto, radicalmente conflictiva. Ellos no quieren saber que una manifestación es tanto reflejo de un conflicto, de una violencia previa, como canalización de un poder popular que de otro modo sería arrasado por la violencia institucional del Gobierno. La manifestación es contra el poder-fuerza, el poder violento, de un Gobierno que se ha puesto el Estado de Derecho por montera y, encima, culpa a la oposición de sus desmanes.

Por fortuna, a pesar de que los magnates de los medios de comunicación que quieren seguir midiendo la profesión del periodista por sus representantes de ética más dudosa, es menester reconocer que todavía hoy, como en tiempos de Weber, "los asombroso no es que haya muchos periodistas humanamente descarriados o despreciables, sino que, pese a todo, se encuentren entre ellos un número mucho mayor de lo que la gente cree de hombres valiosos y realmente auténticos".

Agapito Maestre

Se constituye la PLATAFORMA LIBERTAD, "No al chantaje de ETA".



PLATAFORMA LIBERTAD
“No al chantaje de ETA”
Madrid. 8 de marzo de 2007

1) Hoy ha quedado constituida la Plataforma Libertad "No al chantaje de ETA". La Plataforma tiene la voluntad de mantenerse activa mientras persista el grave riesgo de claudicación ante ETA del Gobierno del Sr. Rodríguez Zapatero. Hoy, mantendremos la exigencia de que De Juana sea enviado a prisión en cuanto deje de necesitar tratamiento hospitalario. Dentro de escasas semanas, la Plataforma se opondrá a cualquier intento de permitir que Batasuna-ETA pueda presentarse a las elecciones municipales y a las forales del País Vasco y Navarra. En todo momento, reclamaremos que la Comunidad Foral Navarra conserve su estatus político e institucional presente, rechazando cualquier componenda para satisfacer los planes anexionistas de ETA. En hoja aparte se relacionan las asociaciones, sindicatos y partidos políticos que han intervenido en la constitución de esta Plataforma.

2) Invitamos a las demás asociaciones de víctimas, organizaciones cívicas, sindicales y partidos políticos democráticos de cualquier orientación ideológica constitucional a incorporarse y participar en las campañas de la Plataforma, en defensa de la libertad de los españoles hoy amenazada.

3) Damos nuestro apoyo a las movilizaciones convocadas para estos próximos días por el Partido Popular, contra la excarcelación del asesino De Juana Chaos: las concentraciones ante los ayuntamientos de toda España el viernes, día 9 de marzo, a las 20:00h o 21:00h -según cada localidad- y a la manifestación del sábado día 10 de marzo, en Madrid, a las 17:00h.

4) Hacemos un llamamiento a los ciudadanos y a todo tipo de organizaciones democráticas para la utilización diaria del lazo azul, ya sea en la indumentaria personal, o bien sobre banderas nacionales o autonómicas o simplemente sobre telas blancas colocadas en las ventanas de las casas.

5) Pedimos a los ciudadanos demócratas que, en tanto persistan las amenazas de cesión política a las que nos hemos referido, utilicen los mencionados símbolos que ponen de manifiesto la exigencia de libertad y de abandonar urgentemente el camino de la cesión a ETA que ha emprendido el Gobierno.

6) La Plataforma invita asimismo a los ciudadanos y asociaciones democráticas a organizar en cada ciudad un lugar dedicado a la memoria de las víctimas del terrorismo, tal como se ha hecho espontáneamente en Madrid en la Plaza de la República Dominicana. Un lugar en el que los ciudadanos puedan hacer ofrendas florales, colocar velas y depositar mensajes en recuerdo y apoyo a las víctimas del terrorismo.

Asociaciones, sindicatos y partidos políticos promotores de la
PLATAFORMA LIBERTAD "No al chantaje de ETA"
Madrid. 8 de marzo de 2007

Ciudadanos con la Constitución Española
Ciudadanos para la Libertad (Barcelona)
CEP (Confederación Española de Policía)
Convivencia Cívica Catalana
Cordobeses por la Libertad
Coruña Liberal
Federación de Africanos (Madrid)
Foro Aragón Liberal
Foro Ermua
Foro España Hoy (Barcelona)
Foro Norte (sierra de Madrid)
Fundación DENAES (para la Defensa de la Nación Española)
HazteOir
Juventudes Unificadas del Foro Ermua
La Resistencia a ETA
La Rosa Blanca
Plataforma España y Libertad
Plataforma de Empresarios Constitucionalistas de Ermua
Plataforma Ciudadana Peones Negros
PADE (Partido Democrático Español)
Partido Independiente de Hoyo se Manzanares (Madrid)
Partido Popular
Sindicato de Funcionarios Manos Limpias
Vecinos de Paz de Berriozar (Navarra)

jueves, 8 de marzo de 2007

A la calle por la libertad

Los socialistas zapaterescos y sus medios afines denuncian que el PP rompe el consenso tradicional en la lucha contra el terrorismo. Esto es imposible por la sencilla razón de que el Gobierno no "lucha contra el terrorismo"; cede y negocia con ETA-Batasuna, pero no lucha. ¿O es que negociar con un terrorista, y ceder, significa "luchar" contra él? No se puede romper, en consecuencia, lo que no existe.

Los periodistas afines al zapaterismo acusan a los populares de promover una "revuelta callejera" y un "golpe de Estado", de unirse a la "extrema derecha" y de portar banderas "preconstitucionales". Incluso hay quien ha escrito en un medio digital que los del PP no son demócratas, sino "conversos, oportunistas o acomodaticios". Los que esto escriben están utilizando el mismo lenguaje franquista que denunciaba el "contubernio de Munich". Porque tienen miedo a esta protesta social que rompe el mito tonto de la izquierda como la única portavoz del pueblo.

El desconcierto les lleva a decir que la manifestación convocada para este sábado es por puro "electoralismo". Corroboran así, inconscientemente, que la cesión del Gobierno a ETA-Batasuna es tan indigna que su mera denuncia restará votos al PSOE. Y su temor y desconocimiento les hace olvidar que las elecciones son el único modo de sustituir al Ejecutivo de Zapatero.

Insisten, además, en que el PP está obsesionado por recuperar el poder. Pues claro, ¿qué pensaban? Es su obligación, su objetivo, su razón de ser: corresponder al deseo de los millones de votantes no izquierdistas de tener un Gobierno que resuelva problemas, no que los cree.

Y los separatistas, satisfechos por el enfrentamiento entre los dos partidos nacionales, avisan de que el PP roza el "riesgo de la fractura social". Esto no sorprende, pues no se puede esperar otra cosa de los que abominan del pluralismo y de la labor de oposición, de los que trabajan sin descanso por la comunidad étnico-lingüística. Porque son los que entienden que la libertad es rotular la panadería en catalán, eso sí, con el color que quiera el propietario.

La intoxicación sobre la política antiterrorista del Gobierno Aznar no ha hecho más que revalorizarla frente a la negociación y cesiones de Zapatero. ¿O es que ETA-Batasuna es ahora más débil que hace tres años? Todo lo contrario. Hay motivo. Sí, hay motivo para oponerse a la política del Gobierno. Se trata simplemente de exigir que se vuelva al acoso sin tregua al terror, a la búsqueda y captura del mundo etarra, a los valores liberales que sostienen la democracia.

Porque es hora de defender la libertad, máxime si una parte de la sociedad, como escribió Hayek, "la da por segura y ni advierte de dónde amenaza el peligro ni tiene valor para librarse de las doctrinas que la comprometen".

Jorge Vilches. Libertad Digital

miércoles, 7 de marzo de 2007

Juicio en marcha



El juicio del 11-M ha comenzado. Después de casi tres años de investigación demencial, donde la manipulación de pruebas ha sido la norma más que la excepción, acusados, testigos y peritos están desfilando por el estrado de esa sala de la Casa de Campo donde se ha instalado temporalmente el tribunal de la Audiencia Nacional.

¿Vamos a saber la verdad? No del todo. Este juicio se celebra para determinar la culpabilidad o inocencia de los pelanas que han querido presentarnos como responsables del atentado que cambió la Historia de España. No podremos dilucidar, por tanto, quiénes son los verdaderos responsables. Para eso habrá que abrir nuevas líneas de investigación.

Sin embargo, para lo que sí va a servir el juicio es para aclarar una parte crucial de los hechos, que son, verdaderamente, lo único importante. Va servir para determinar qué pasó en aquellos días de vértigo que siguieron a ese atentado atroz, ejecutado con precisión milimétrica. Va a servir para elucidar las innumerables dudas y contradicciones que afectan a la investigación policial. Para esclarecer las presuntas manipulaciones, la secuencia de aparición de las pruebas, la responsabilidad de cada funcionario en la construcción de una versión oficial que cada día se nos presenta más tenebrosa.

Durante las tres primeras semanas hemos tenido la posibilidad de ver desfilar por el estrado a los 29 acusados. Cada uno de ellos era libre, por supuesto, de decir o no decir la verdad. Un acusado puede mentir. Así pues, poco o nada hemos sabido del propio atentado: hemos hablado de si fulano era más o menos islamista, de si mengano hablaba por teléfono con aquél, de si zutano traficaba con hachís o con Goma 2-ECO..., pero nada o casi nada hemos hablado de los trenes, de las bombas, de los hechos relativos a la matanza.

Sin embargo, el panorama va a cambiar, porque ahora llega el turno de los testigos. Y éstos sí están obligados a responder a todas las preguntas y a decir la verdad.

Aunque parezca mentira, a los abogados de las acusaciones y de las defensas no se les ha permitido, durante tres años, interrogar a los testigos. El abuso del secreto de sumario por parte del juez Del Olmo ha impedido a esos abogados participar en las diligencias de interrogatorio. Y ello a pesar de que sobre la mesa del juez se acumulaban los indicios de que las pruebas no cuadran, de que se han presentado testigos falsos, de que los informes policiales se contradicen entre sí.

Se ha tratado de impedir que los abogados de las partes participaran en las investigaciones rechazando diligencias de prueba que eran de mero sentido común. Así, por ejemplo, Del Olmo no accedió a la petición de una de las acusaciones de que se exigiera a los Tedax la entrega de los informes originales de los análisis de los explosivos de los trenes. ¿Qué motivo podía haber para ello? También se impidió, por el procedimiento de abrir unas diligencias secretas separadas, que los abogados de varias de las acusaciones interrogaran, por ejemplo, a Sánchez-Manzano y a su jefa de laboratorio acerca de la presunta aparición de nitroglicerina en los focos de explosión de los trenes.

Todo eso se ha terminado. Los testigos tendrán que responder en público a las preguntas que hagan los abogados. Y tendremos la posibilidad, por fin, de ver qué pasó con la furgoneta de Alcalá. Y con la mochila de Vallecas. Y con el Skoda Fabia. Y con el piso de Leganés.

La fase de oscurantismo ha llegado a su fin. La luz y los taquígrafos nos van a permitir ahora verificar si eran ciertas las denuncias que los medios de comunicación independientes han venido realizando: si es cierto que se entregaron al juez fotografías que no eran; si es verdad que aparecieron en comisaría pruebas que no estaban en ningún escenario real de la trama; si efectivamente hay testigos cuyas declaraciones no cuadran.

Es ahora, en el momento en que los testigos empiezan a desfilar por el estrado, cuando da comienzo el verdadero juicio. Porque vamos a hablar sin límites, por fin, de los verdaderos hechos.

Dependiendo de la escena que dibujen esos interrogatorios podremos plantearnos qué fue lo que pasó el 11 de Marzo. Y abrir nuevas diligencias para investigar a los verdaderos culpables, o para depurar las presuntas irregularidades en el manejo de las pruebas. Cada palo habrá de aguantar su vela. Porque no es lo mismo escribir un informe pensando que nadie lo va a someter a escrutinio que mentir directamente delante de un juez. Las falsedades en los informes siempre pueden achacarse a error. Las falsedades vertidas en el estrado, cuando se declara como testigo, son un delito.

Ésa es la razón de que algunos estén tan nerviosos. La versión oficial del 11-M sólo podía sostenerse si la amparaba la oscuridad. Ahora que se abren las puertas, la luz va a entrar a raudales. Y asistiremos a la muerte en directo de una versión oficial diseñada para engañar a los españoles acerca de la verdadera autoría de unos atentados que, según todos intuimos, tienen mucho que ver con la deriva política que está sufriendo el país desde entonces.

¿La verdad nos hará libres? Sin duda alguna. La democracia no puede pervivir en una nación si no se aclara el mayor atentado terrorista que esa nación ha sufrido. Los ejemplos históricos de atentados bajo falsa bandera son numerosos. ¿Fue el 11-M nuestro incendio del Reichstag, que los nazis atribuyeron a un comunista holandés y utilizaron para hacerse con el total control del poder en Alemania? A la luz de lo que hasta ahora conocemos, da toda la sensación de que así es: el 11-M fue un atentado manipulado que algunos utilizaron para poner en marcha una dinámica que las urnas jamás hubieran autorizado.

Luis del Pino. Libertad Digital

Víctimas sin derechos

El acaramelado compadreo entre el Gobierno socialista y el terrorista De Juana Chaos sólo viene a mostrar la catadura moral y la naturaleza ética de la ideología pervertida que sustenta nuestro régimen de dominación política. Nadie como una banda de sujetos pertrechados con traje y carteras ministeriales para compadecerse de un asesino y vituperar los derechos de las víctimas apelando a ideales tan demagógicos y antitéticos como la razón de Estado o la supremacía de la vida.


El caso de De Juana Chaos es un ejemplo perfecto de cómo la justicia pública es sólo un instrumento en manos de los políticos para satisfacer su propia agenda de conservación del poder. El PSOE ha desairado las legítimas exigencias de las víctimas de De Juana para santificar un proceso que, hoy sí, es una declaración de rendición en toda regla. Un cheque en blanco expedido para contentar el voraz apetito etarra y girado contra fondos ajenos.

Mucho se ha escrito sobre si la condena a De Juana era acorde a derecho, sobre si el Gobierno habría podido seguir con el anterior régimen penitenciario, sobre si el PP excarceló a más o menos presos. Todas estas argumentaciones resultan en mi opinión completamente desenfocadas, en tanto no apuntan al auténtico ultraje cometido por ZP y sus cómplices: han violado los derechos de las víctimas.

No, no me refiero a los derechos que nuestro sistema político les reconoce actualmente, es decir, virtualmente ninguno. Con dificultad hallaremos coherencia y rectitud alguna en millones de legajos aprobados por 365 iluminados cuya única lealtad es hacia ellos mismos y hacia el mismo Estado, que alimenta a sus familias y a sus amistades. Creer que norma estatal equivalente a norma justa, o que sólo podemos reivindicar los derechos que interesadamente nos reconocen nuestros carceleros, sería caer en la trampa del positivismo y del relativismo; en la negación de los principios éticos, que trascienden la arrogancia y la ceguera del Estado.

En este sentido, toda víctima, y también toda víctima del terrorismo, tiene derecho a que el agresor le repare por el daño que le ha causado, esto es, a que la devuelva a una situación lo más precido posible a la previa a la agresión. Dado que la iniciación de la violencia era ilegítima, el agresor queda obligado frente al agredido.

La restitución no tiene necesariamente que ver con el encarcelamiento, y menos con el encarcelamiento actual, consistente en que las víctimas paguen con sus impuestos el mantenimiento de los agresores. La víctima puede escoger, de entre todas las condenas proporcionales, la que más la aproxime a la situación previa al daño. Y ello incluye compensaciones pecuniarias, servicios laborales para la víctima o castigos físicos.

Nuestro sistema penal recurre a una mezcla de las tres cosas: multas, trabajo social y prisión. La diferencia esencial es que la condena, en lugar de beneficiar y restituir a la víctima, ha sido nacionalizada por el Estado. Las multas engrosan el erario público; los trabajos sociales se prestan para la comunidad; el encarcelamiento tiene lugar en prisiones públicas, costeadas con nuestros impuestos.

La víctima se ha visto privada de la capacidad de elección sobre la condena pertinente y sobre los beneficios compensatorios que ésta le proporcionaría. Esta potestad de la víctima ha sido expropiada por un sistema judicial monopolístico y compulsivo, cuyo funcionamiento no atiende a sus intereses, sino a complacer las necesidades de políticos y burócratas.

Por consiguiente, recordemos una idea que no por sencilla está lo suficientemente clara: Zapatero carece de cualquier legitimidad para decidir sobre la condena a De Juana. Y esto por una sola razón: Zapatero no es víctima de De Juana, no ha sufrido ningún daño por el que pueda exigirle reparación.

Los únicos que tienen derecho a decidir sobre el futuro de De Juana son sus víctimas; ni la sociedad, ni el Estado, ni siquiera las víctimas de otros terroristas tienen poder alguno sobre De Juana –y mucho menos sobre los derechos de restitución que ostentan las víctimas de De Juana.

La condena a 21 años de cárcel para De Juana fue decidida de manera unilateral por un sistema judicial que carecía de justo título para ello; un sistema judicial que suplantó a las víctimas y que desatendió su derecho de restitución.

El nuevo régimen penitenciario de De Juana ha sido decidido de manera unilateral por un Gobierno que carece de justo título para ello. Nada ha habido más degradante en todo este asunto que la prepotencia de Rubalcaba, cuando dijo que se ha tratado de "una decisión personal". Pero, oiga, ¿qué legitimidad tiene usted para decidir sobre la condena a De Juana? ¿Acaso es una de sus víctimas? ¿Acaso las víctimas le han delegado su potestad?

Su única legitimidad es y será la del Ejército: el respaldo del poder militar como garantía ejecutiva de sus resoluciones. Pero al proteger a un terrorista con sus "decisiones personales", sustentadas únicamente en su poder coactivo, Rubalcaba no ha actuado de manera distinta a como haría un mafioso que rescatara a alguno de sus compinches de la cárcel.

Y no nos engañemos. Una perversidad de este calibre, un atentado tan flagrante contra la justicia, no es el "precio" necesario para que la sociedad funcione. Una sociedad no puede asentarse sobre la violación sistemática de los derechos ajenos. El coste de la civilización no puede ser el salvajismo.

Las víctimas de De Juana tienen perfecto derecho a que el terrorista permanezca en la cárcel hasta el fin de sus días, incluso a alimentarlo coactivamente y a prolongar la reclusión forzosa. Las sentencias de una pandilla de funcionarios con toga o las decisiones políticas de un Gobierno autócrata no eliminan de ningún modo la validez de ese derecho. Pero sí sirven para mostrarnos el enfoque totalitario hacia el que está orientado el régimen que padecemos.
Los políticos deberían ser conscientes de que la violación alevosa que han perpetrado durante estos días contra los derechos de las víctimas los convierte en agresores y por tanto en responsables.

Juan Ramón Rallo. Libertad Digital

martes, 6 de marzo de 2007

Rajoy asume el liderazgo

Se trata de la primera manifestación que convoca y lidera el principal partido de la oposición, de cuantas manifestaciones se han producido contra ese paulatino, indefinido e inacabado proceso de disolución nacional y constitucional, que José Luis Rodríguez Zapatero decidió hacer suyo, con tal de lograr, para sí y contra el PP, el apoyo de los nacionalistas y la esperanzada complicidad de la propia organización terrorista ETA.

Aunque apaciguadoras ofertas de colaboración por parte socialista a formaciones abiertamente separatistas –incluida la propia ETA–, ya se gestaron con anterioridad a que el partido de Zapatero sirviera y se sirviera políticamente del terrorismo islamista para ganar las elecciones, el Gobierno del 14-M, bien por voluntad propia o por exigencia de ETA, decidió, al poco de llegar al poder y por una tregua "cuanto antes", hacerlas públicas en el diario El País. En ese diario, y meses antes de que ETA diera el paso de atender las colaboracionistas solicitudes de "alto el fuego", "fuentes socialistas" ofrecieron a la organización terrorista "dar una salida a los presos", además de comprometerse a consensuar con todas las formaciones –"incluida la izquierda abertzale"– un nuevo marco jurídico-político para el País Vasco.

Bien está que la excarcelación del sanguinario De Juana haya servido para que ahora algunos en el PP hayan recuperado la sensibilidad y la perspectiva pero, ¿a qué creían que se referían esas "fuentes socialistas" con lo de dar "una salida a los presos"? ¿A darles una vuelta para que vean las tumbas de los asesinados, a ver si así se despertaba su inexistente arrepentimiento?

Aquella oferta genérica socialista de "dar salida a los presos" hecha antes del comunicado de "alto el fuego", se convirtió en exigencia concreta de ETA tras su impaciente y criminal advertencia en Barajas. Tras ese "accidente", Zapatero, más que abortar el proceso, ha dado muestras desde el primer momento de querer atender el insaciable y criminal aviso de ETA. Fueron los terroristas los que, en su último comunicado, exigían no como condición suficiente, pero sí necesaria, la ahora lograda excarcelación de De Juana. Eso, por no hablar de otra oferta socialista, ahora convertida en exigencia de ETA, que consistía en "dejar a un lado al PP-UPN y la derecha fascista del Estado Español". Así lo hizo el Gobierno de Zapatero, junto a nacionalistas y separatistas, cuando, con los cadáveres de Barajas aún calientes, se opuso a todas y cada una de las propuestas de endurecimiento contra ETA planteadas por el Partido Popular.

Al nihilista de Zapatero la vida de De Juana Chaos le importa lo mismo que le importó la vida de los etarras Lasa y Zabala, asesinados con el visto bueno de sus compañeros de partido. Centrarnos sólo en la vida de De Juana Chaos –que sólo el etarra ha puesto en hipotético peligro– es hacer ininteligible, tanto el chantaje al que ya ha cedido el Gobierno como los muchos que le quedan por atender si Zapatero quiere llegar sin más "accidentes" a las próximas elecciones. Si Rajoy quiere recuperar la iniciativa no sólo ha de convocar manifestaciones, sino dejar claro que en ellas rechazan no sólo esta última cesión, sino el perpetuo chantaje que supone el proceso de rendición, cuya fuerza no está en la cura de adelgazamiento de un asesino encarcelado, sino en la que ejercen los etarras fuera de prisión.

Editorial. Libertad Digital

sábado, 3 de marzo de 2007

Contra la excarcelación del terrorista De Juana Chaos

Por su interés informativo reproducimos íntegramente los comunicados que se han leído en las concentraciones frente a los ayuntamientos de todas las capitales de provincia españolas, contra la excarcelación del terrorista De Juana de Chaos. Las protestas convocadas por la Fundación DENAES han sido respaldadas por la AVT, Foro de Ermua y Peones Negros, entre otros.

Manifiesto íntegro de la Fundación DENAES:

Queridos amigos, ciudadanos de España:

Gracias por vuestro gesto valiente de compromiso. Gracias por vuestra lección de ciudadanía. Gracias por vuestro ejemplo de patriotismo. Una nación no se muere si su gente mantiene la conciencia viva. Que lo sepan quienes pretenden desmayar la conciencia democrática de los españoles. Estamos muy vivos. Nosotros no nos rendimos.

Un asesino con veinticinco muertos en sus manos ha chantajeado al Gobierno. El Gobierno ha cedido. No hay más realidad que esta. Que un asesino se comporte como un chantajista no puede extrañarnos: está en su naturaleza. Lo que nos indigna, lo que hoy nos ha reunido aquí, no es esto, ni tampoco los vericuetos de la administración penitenciaria. Lo que indigna a todos los españoles de conciencia sana es que nuestro Gobierno, el Gobierno de todos los españoles, se haya sometido al chantaje. Que les quede claro: hoy estamos aquí porque el Gobierno español ha claudicado ante la amenaza de un terrorista. Y con esa claudicación, ha rebajado a la democracia española hasta un nivel de indignidad simplemente insoportable. Los españoles no nos merecemos caer tan bajo.

Somos españoles: nos gusta nuestro país y lo queremos. Somos demócratas: no entendemos la vida pública sin la voluntad del pueblo. Queremos nuestras libertades: por ellas somos ciudadanos y bajo ningún concepto podríamos renunciar a ellas. Queremos justicia: es ella la que hace digna nuestra vida en común. Como españoles demócratas, amantes de nuestras libertades y de nuestra justicia, no podemos tolerar la victoria de unos asesinos que pretenden torcer el brazo de la justicia, violar nuestras libertades y romper España pasando por encima de la voluntad ciudadana. No podemos aceptar que un Gobierno lleve sus compromisos con una banda terrorista hasta el extremo de ignorar sus crímenes, algunos tan recientes; hasta el extremo de privilegiar a los asesinos y culpabilizar a las víctimas del terror, acusando de no querer a la paz a quienes, por elemental dignidad, se resisten a la claudicación. No hay derecho.

Como en las viejas cortes aragonesas, hoy le decimos al Gobierno: Nos, que valemos tanto como vos, y todos juntos más que vos, os exigimos: la inmediata rectificación de la política de acercamiento a la banda terrorista ETA; la inmediata suspensión de cualquier proceso de negociación y pacto con los terroristas; la inmediata recuperación del pacto por las libertades y contra el terrorismo, en los términos que tan buen servicio rindieron a la democracia española; la inmediata reparación pública del buen nombre de las víctimas del terrorismo, tan injustamente despreciadas por los portavoces gubernamentales.

Un asesino cruel, hoy elevado a héroe por la ceguera del Gobierno, dijo una vez que nuestras lágrimas eran su alegría. Hoy, sin duda, tiene razones para reír. Pero hay algo que debe saber el asesino, que deben saber sus cómplices, que deben saber también quienes han cedido ante su chantaje. Deben saber que nuestras lágrimas no son el llanto pasivo del vencido. Deben saber que por encima de estas lágrimas están nuestra determinación, nuestra firmeza, nuestro compromiso; nuestra voluntad decidida de hacer de España un país donde sea posible vivir sin vergüenza. Muy por encima de las lágrimas, tomando pie en este dolor y en esta indignación, justísimos, está nuestro propósito de no dar un paso atrás. Deben saber que un Gobierno puede doblegarse, pero que España no se rinde. Y que los españoles, aquí, hoy, están dispuestos a defender sin tregua una democracia donde la gente de buena voluntad pueda más que los criminales; donde la libertad de los ciudadanos pueda más que las bombas y las pistolas; donde la justicia pueda más que el terror; donde las víctimas puedan más que los asesinos.

Desde aquí apelamos a todos los españoles de bien, de izquierdas y de derechas, demócratas, amantes de sus libertades y de la justicia, a no desmayar; a movilizarse todos los días, a todas horas, en todas partes, hasta conseguir que esta indignidad, que esta vergüenza quede reparada. Tenemos nuestra voz; en todas partes debe escucharse nuestra indignación, que es una indignación movida por el amor a nuestra patria y a nuestra libertad. En nombre de todas las víctimas del terrorismo, en nombre de todos los españoles de bien, os invito a pronunciar las palabras que nuestro Gobierno no se atreve a decir:

Viva España.


Manifiesto íntegro del Foro de Ermua:

Ante el anuncio hecho esta madrugada de la salida de prisión del asesino terrorista De Juana Chaos cuando todavía le queda por cumplir casi un año de su rebajada condena por amenazas, queremos hacer llegar a los ciudadanos lo siguiente:

1º.- El FORO ERMUA sabe de fuentes absolutamente fiables que la decisión de excarcelar a De Juana Chaos ha sido una decisión personal del Presidente del Gobierno, Sr. Rodríguez Zapatero.

2º.- La salida de prisión de De Juana cuando aún le queda por cumplir casi un año de la nueva condena impuesta es un repugnante insulto a las víctimas del terrorismo, a la justicia, a la democracia y a la sociedad española.

3º.- La excarcelación de De Juana Chaos significa la rendición definitiva del Gobierno frente a ETA, con esta grave cesión, y acredita que el Ejecutivo continúa negociando en secreto con la banda terrorista y ha mentido nuevamente a los españoles. En los días posteriores al atentado de Barajas, tanto el Presidente Zapatero, como la Vicepresidenta Fernández de la Vega y el Ministro Pérez Rubalcaba afirmaron repetidamente -si bien el primero lo hizo de forma calculadamente confusa- que “el proceso de fin dialogado del terrorismo está roto, liquidado, acabado y es insalvable”.

4º.- Fue el actual Ministro de Interior quien en su día dijo: “los españoles se merecen un Gobierno que no les mienta”. Ciertamente nos merecemos un Gobierno que no nos mienta y que no nos traicione. Y las afirmaciones categóricas del Gobierno del Sr. Rodríguez Zapatero son, desde hace tiempo, sistemáticamente desmentidas por unos hechos que prueban que estamos siendo traicionados por nuestro propio Gobierno.

5º.- Desde el comienzo del proceso el 22 de marzo de 2006, el Foro Ermua, el Partido Popular y prácticamente todas las asociaciones cívicas y de víctimas del terrorismo hemos renovado periódicamente -la última vez, tras el atentado de Barajas- nuestro ofrecimiento al Gobierno de apoyarle en una política para derrotar a ETA. Rodríguez Zapatero ha rechazado y despreciado una y otra vez nuestra mano tendida, eligiendo a Batasuna y a los demás independentistas como sus socios, en un intento antidemocrático de arrinconar a más, a muchos más, de la mitad de los españoles que están representados por el Partido Popular y por el movimiento cívico que incluye muchas bases de la izquierda social española, entre ellas a numerosos militantes del PSOE.


6º.- Con esta excarcelación Rodríguez Zapatero ha agotado definitivamente la poca credibilidad y legitimidad democrática que le quedaba ante la mayoría de los españoles, porque millones de ciudadanos hemos salido en nueve ocasiones a la calle -en poco más de dos años- sin que el Presidente haya hecho otra cosa que ignorar y despreciar este clamor ciudadano, el Foro Ermua no puede esperar ya que este Gobierno cumpla con su obligación de defender la libertad de los españoles frente a la amenaza terrorista. El Foro Ermua pide la dimisión del Gobierno de Rodríguez Zapatero y la convocatoria anticipada de elecciones generales, en la que el pueblo soberano decida qué política frente al terrorismo merece su confianza. Ningún trapicheo con ETA de última hora nos hará apartarnos de esta posición.

7º.- Si Rodríguez Zapatero siguiera agarrándose al Poder de la mano de ETA, en un nuevo acto de irresponsabilidad, los dirigentes socialistas, si quieren salvar una mínima dignidad para su partido y evitar su descalabro colectivo, deberían poner en marcha sin demora su sustitución de las responsabilidades que ostenta y para las que supone un gravísimo peligro.

8º.- Es radicalmente falso que la legislación penitenciaria obligue a la liberación del asesino De Juana Chaos. Más aún, es radicalmente falso que la legislación penitenciaria permita la liberación de De Juana o la atenuación de su prisión. El Gobierno hace los pagos que ETA le exige sin importarle pisotear la ley, las víctimas o la ética.

9º.- El Gobierno ha traspasado todos los límites éticos y morales concebibles al acordar el regreso de De Juana Chaos a su casa. Esta decisión no puede quedar sin respuesta. Hacemos un llamamiento a los españoles para que prosigan con tenacidad su rebelión contra la situación a la que nos está llevando este Presidente. Sólo la recuperación de la revuelta de Ermua, sólo un movimiento ciudadano masivo e imparable que anteponga los principios éticos a las siglas partidistas, podrá detener la locura a la que nos conduce el Gobierno de Rodríguez Zapatero.

Especialmente llamamos a dar la cara, a comprometerse públicamente y a poner los valores por encima de los intereses mal entendidos del partido a la multitud de socialistas que en privado abominan de las decisiones que toma un Gobierno que cada vez se distancia más de la población y de la esencia de la democracia, y también del socialismo. En la actual situación permanecer en silencio es convertirse en cómplice de los desastres que está provocando Rodríguez Zapatero.