domingo, 25 de febrero de 2007

Incansables, insobornables, indispensables


Las víctimas han vuelto a dar una lección de cómo hacer frente al chantaje terrorista, con liderazgo y claridad moral. Cuando un Gobierno renuncia a la justicia, la sociedad debe organizarse para que sobreviva la libertad. No hay mal que por bien no venga. España nunca ha sido tan débil y tan vigorosa al mismo tiempo. Lo peor y lo mejor de nuestros Episodios Nacionales, iniquidad y nobleza, alta traición y lealtad sublime, adocenamiento y resistencia, desesperación y esperanza, se balancean en esta malhadada hora. No hay nada perdido para los españoles que vendrán, si lo más decente y digno de la sociedad aún es capaz de echarse a la calle con la alegría, el civismo, la dignidad, el patriotismo, incluso con la belleza física (“el Bien nos vuelve hermosos”, dijo el historiador Fernando García de Cortázar durante la emotiva y perspicaz emisión de la COPE, una de las más logradas de cuantas viene dedicando esta cadena radiofónica a la movilización de las víctimas del terrorismo en España) con que lo hicieron decenas de miles de personas este sábado en Madrid, para defender algo tan sencillo y elevado como la Justicia: resarcimiento de los que sufren por causa de la maldad de otros, castigo para los que provocan ese dolor.

Cuando se han celebrado ocho manifestaciones masivas desde que se conoció la intención y los pasos del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (antes y después de llegar al poder) de negociar con ETA, el movimiento cívico surgido alrededor de las víctimas del terrorismo es ya la baza política más robusta, no sólo de la lucha anti-terrorista, sino de la causa nacional española.

Lo dijo Jaime Mayor Oreja, presente entre la multitud congregada en la madrileña plaza de Colón: “Nunca agradeceremos lo bastante a las víctimas del terrorismo el servicio que están prestando a España en estos momentos decisivos”. Otra observación verdadera del eurodiputado y ex ministro, uno de los dirigentes del PP más convencidos de la necesidad (que es también una emergencia) de no abandonar a las víctimas, de acompañarlas en todo momento. Su causa por la libertad es también la causa de la supervivencia de España.

Es un hecho que incluso en este asunto, que sólo debería concitar unidad, hay distintas sensibilidades en el único partido de la Oposición, como ha quedado patente en las distintas respuestas que han dado sus dirigentes a esta última convocatoria de la AVT.

Los hay, como el alcalde de Madrid (la ciudad que más ha sufrido los asesinatos de Ignacio de Juana Chaos), que han preferido no acudir esta vez, probablemente persuadidos (a falta de otra explicación por su parte) de la mentira esparcida por la propaganda oficial a través de sus medios de comunicación afines (o sea, la inmensa mayoría) de que se trataba de una manifestación contra los jueces del Tribunal Supremo que han rebajado la condena a De Juana, cuando lo único cierto es que la AVT y su presidente se han desgañitado en dejar claro que la movilización es sólo contra uno de los terroristas más sanguinarios, contumaces y jactanciosos de ETA, y contra la tentación que el Gobierno evidentemente acaricia de excarcelarlo (si es que no ha decidido ya caer en ella).

Además de indispensable para el futuro de España, el movimiento cívico liderado por las víctimas del terrorismo ha resultado ser insobornable para las mañas de la cautela y el acomplejamiento de los políticos profesionales.

Lo expresaba mejor que nadie Teresa Jiménez Becerril, símbolo viviente de la sencilla lucidez del Bien y un tonificante ejemplo para la España libre y superviviente: “Las víctimas no tenemos que andar pensando en lo políticamente correcto, nos hemos ganado el derecho a llamar a las cosas por su nombre”. También dijo la hermana de Alberto Jiménez Becerril, el concejal por cuyo asesinato (junto al de su esposa) brindó Ignacio de Juana, que las víctimas del terrorismo son “incansables” y nunca dejarán de pedir justicia.

Incansables, insobornables, indispensables. Una bendición o un milagro para España y para nuestra libertad, es lo que han resultado ser.

Editorial Libertad Digital.

sábado, 24 de febrero de 2007

El laicismo de la exclusión religiosa sufre una fuerte derrota


El Tribunal Constitucional ha avalado que se puede despedir a aquellos profesores de cultura religiosa confesional católica que en su vida social no acrediten un comportamiento coherente con lo que enseñan.

En este caso, el Tribunal trataba el despido de una profesora que vivía en pareja con un hombre que no era su marido.

La ponente de la sentencia ha sido la propia Presidenta del Constitucional, María Emilia Casas, y esto, además, le confiere una acento especial, porque no forma parte del grupo conservador y la propuesta tiene el valor de venir de la mano de quien preside el alto organismo.

Pero, creo que más importante que la sentencia son las razones que la avalan: el TC afirma que la enseñanza religiosa confesional va más allá de la transmisión de unos determinados conocimientos, y considera necesario que los docentes que la imparten se caractericen por ser testimonio de vida cristiana.

Todavía subraya más esta particular dimensión: este puesto de trabajo no puede ser considerado como el de una “empresa al uso”.

También reafirma la sentencia del TC que la elección de los profesores de religión se ha de efectuar entre los declarados idóneos por la Iglesia. Por consiguiente, el Tribunal considera constitucional que la adopción de decisiones sobre los maestros que imparten esta asignatura se guíe por criterios de idoneidad religiosa.

Además de las consecuencias prácticas, esta sentencia viene a confirmar una vez más que el carácter aconfesional y, en este sentido laico, que la Constitución establece para el estado español implica un reconocimiento positivo y público del hecho religioso y de la colaboración del Estado con las confesiones religiosas. En definitiva, sanciona el carácter positivo de la religión en su dimensión pública, social.

Esta sentencia debería poner fin a las disquisiciones no fundamentadas por las que se pretende imponer el laicismo de la exclusión religiosa, porque vulneran los fundamentos de nuestra Constitución, y debería dar pie por parte del Gobierno a un trato de esta manifestación social y, sobre todo, de la clase de religión mucho más acorde con el sentido que establece la sentencia.

El laicismo de la exclusión religiosa ha sufrido una dura derrota legal.

Josep Miró i Ardèvol. Forum Libertas

jueves, 15 de febrero de 2007

La ciencia errática

Si la ciencia es tan sólida, tal vez podrían arrastrarla al Ártico para que los osos polares pudieran seguir viviendo

De la «Cadena de Noticias Medioambientales»: «El Congreso dice que la ciencia es sólida en materia del cambio climático». «La ciencia es sólida», dice Louise Frechette, secretario general en funciones de Naciones Unidas. «La ciencia es sólida», afirma la senadora Dianne Feinstein. «La ciencia es realmente sólida», dice la metereóloga televisiva Heidi Cullen. «La ciencia es muy sólida». Y en ese punto, en Larry King Live la semana pasada, Richard Lindzen, profesor de ciencias atmosféricas del MIT, destacaba: «Heidi afirma que la ciencia es sólida y yo no puedo criticarla, porque nunca dice de qué ciencia está hablando».

Sin duda. Si la ciencia es tan sólida, tal vez podrían arrastrarla al Ártico para que los pobres osos polares pudieran seguir viviendo ahora que el hielo se está derritiendo más rápido que la imaginación de la audiencia femenina en una conferencia de Al Gore.

Al contrario, la ciencia no es tan sólida. En los años 70 predecía una nueva edad de hielo. Después cambió al calentamiento global. Ahora prefiere «el cambio climático». Si hace calor, es señal del «cambio climático». Si hace frío, es señal del «cambio climático». Si hay 12ºC con períodos soleados y chaparrones, tienes que hacer un equipaje deprisa y corriendo y después salir pitando ahora mismo porque «el cambio climático» es cada vez más incontrolable.

El argumento más estúpido es el anecdótico: «Sólo tienes que mirar por la ventana para ver que el cambio climático está teniendo lugar». Fuera de mi ventana la semana pasada, en el norte de Nueva Inglaterra, había -24ºC. Mucho frío. Tiene que ser el viejo cambio climático entrando en escena, ¿no? Después de todo, diciembre fue muy amable. Lo que en sí mismo es una señal del cambio climático. Hace unos cuantos años, la menuda dama que trabajó como historiadora de mi ciudad durante muchas décadas peinó los registros de los granjeros de hace dos siglos que varios vecinos le habían donado: de los registros diarios de los 15 de eneros, concluía que tres fueron lo que hoy calificamos de inviernos New Hampshire clásicos, ideales para la pesca de la trucha o los deportes de invierno; ocho tuvieron veranos de enero típicos, y cuatro no tuvieron nieve en absoluto. Esto era en el siglo XVIII pre-industrial.

Hoy, frente a ocho inviernos cálidos y cuatro eneros completamente sin nieve, estaríamos corriendo como locos gritando que la gran Gaia no está complacida. ¡Gente, despertad y oled el CO2! Necesitamos arrojar otra virgen al volcán. Es decir, otro 4x4 virgen. Último modelo, directamente desde la fábrica, soportes para vasos sin utilizar. Y en cuanto a los gritos de agonía del tapizado, los nativos estaremos cerca cantando por ahí la grabación clásica de la Alta Sacerdotisa Natalie Cole: «Insostenible, eso es lo que eres».

Como decimos en el país del norte, si no te gusta el clima, espera 5 minutos. Y si no te gusta el clima global, espera 3 décadas. Durante el último siglo o así, el planeta ha atravesado períodos de calentamiento muy cortos seguidos de períodos de enfriamiento muy cortos seguidos de períodos de calentamiento muy cortos, cada 30 años más o menos. Y, hasta encontrándonos en un patrón de «calentamiento global» o «enfriamiento global», el fenómeno no se observa universalmente, es decir, no es «global», o ni siquiera muy local. En la Antártida, ha hecho algo más de calor en la pequeña península Palmer, pero hace más frío en el continente principal. En el norte, hace algo más de calor en el Ártico occidental, pero hace más frío en el este. De modo que, si usted es un oso polar del este, vive con comodidad, metafóricamente, me apresuro a añadir. Si usted es un oso polar occidental, estará cómodo literalmente en un año o dos, según Al Gore.

Y, si no le gusta nada el clima global, espere medio siglo. Hace 1.000 años hacía más calor en el Ártico del que hace ahora. Alrededor del 982, Erik el Rojo y un puñado de vikingos más aterrizaban en Groenlandia y pensaban, «¡Guao! ¡Esta tierra es realmente verde! ¿Quién lo hubiera dicho?» De modo que empezaron a explotarla, y siguieron llevando su vida durante siglos. Después se presentó la Pequeña Edad de Hielo, y todos murieron. Una terrible advertencia para todos nosotros acerca del «desarrollo sostenible»: si unos cuantos cientos de vikingos practicando algo de caza de subsistencia pueden desequilibrar por completo el medio ambiente, imagine el desastre que la nueva casa de John Edwards tiene que estar provocando.
La pregunta es si lo que está sucediendo ahora es simplemente el toma y daca natural del planeta, como entendieron Erik el Rojo y los primeros colonos de mi ciudad. O si es algo tan carente de precedentes o no como para dedicar enormes recursos a una élite burocrática transnacional de modo que ella pueda emplearse a fondo en destruir la economía global y negar el acceso a las vidas más sanas y longevas que conlleva el capitalismo a gran parte del mundo en desarrollo.

Bien, si las sonrisas son la medida de la calidad de vida, yo debo ser Bill Gates; me estoy riendo a carcajadas. La esperanza de vida en Madagascar es de 52,5 años. Pero Mark Fenn está en lo cierto: esos pequeños aldeanos malnutridos ciertamente tienen un aspecto muy mono bailando arriba y abajo cuando el gran activista del medio ambiente vuela para rodar el vídeo para recaudar fondos.

Si «el calentamiento global» es real y si el hombre es responsable, entonces ¿por qué tantos «expertos» necesitan depender de datos tan obviamente fraudulentos? El famoso un gráfico «de palo de hockey» mostraba la historia del clima del planeta básicamente como un enorme bungalow con el Empire State Building apilado en el extremo. Completamente falso. Al evaluar el impacto industrial, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático utilizaba estimaciones del PIB basadas en los tipos de cambio en lugar del poder adquisitivo: como resultado, asumen que para el año 2100, no solamente los sudafricanos, sino también los norcoreanos tendrán unos ingresos per cápita superiores a los americanos. Ése es el motivo por el que los modelos computacionales del cambio climático tienen un aspecto tan aterrador. Así de «sólida» es la ciencia: se predica sobre la base de la economía norcoreana adelantando a la estadounidense.
Podría suceder. ¿Quién sabe? Pero ésa es la idea: ¿quién sabe? Podría usted coger cada centavo dedicado a cada Gobierno y ONG y eco-grupo que investiga el «cambio climático» y gastarlo en porno en Internet en su lugar, y no supondría la más remota diferencia para el comportamiento del clima en el 2050.


Mark SteynPeriodista y Analista Político
La Gazeta de los Negocios
8.II.2007

jueves, 8 de febrero de 2007

Bermejo, rojo y oscuro.

Pocas noticias se nos antojan más negativas para la imparcialidad de la administración de justicia que el nombramiento de Mariano Fernández Bermejo como nuevo ministro de Justicia. El que fuera definido por Luis Roldán como "militante del partido y persona de gran confianza" posee un perfil sectario y politizado. Si a esto le unimos el poco respeto que ha demostrado por el imperio de la ley, esta designación es una grave amenaza para los principios sobre los que se asienta la Constitución Española.

Durante sus once años como fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Fernández Bermejo protagonizó algunos de los comportamientos más escandalosos que se recuerdan en la tristemente desacreditada Justicia española. Basta recordar los inopinados e improcedentes pronunciamientos en contra del Gobierno de José María Aznar, más propios de un político en campaña que de alguien cuya función es velar por la independencia de los tribunales. Así, su célebre "soy de izquierdas y como tal actúo" constituyó una afrenta inaceptable a los ciudadanos y al interés público.

Por si no fuera poco, el ex fiscal fue frecuente objeto de polémica por acciones que como mínimo podríamos calificar de oscuras. Entre otras, la filtración a El País de una supuesta sentencia condenatoria a Pablo Zúñiga, a la sazón alcalde de Alcorcón por el Partido Popular, y el enfrentamiento con el ministro de Justicia José María Michavila, quien acusó a Fernández Bermejo de rebeldía, asunto que le valió al popular una querella de la que fue absuelto.

Tras la victoria socialista del 14 de marzo, Fernández Bermejo fue ascendido por Conde Pumpido a fiscal jefe de lo Contencioso Administrativo del Supremo a pesar de no haber obtenido el apoyo del Consejo Fiscal. Una polémica decisión que inauguró una serie de maniobras nocivas para los principios que deben regir la actuación del Ministerio Fiscal.

Fernández Bermejo, un personaje rojo y sombrío cuya incorporación al Gobierno de Zapatero no deja de ser coherente con el afán socialista por socavar el principio de separación de poderes. Un nuevo entierro de Mostesquieu de ominosas consecuencias para la democracia española.

Editorial. Libertad Digital

La sonrisa de Zapatero

Hoy el presidente sonreía en el Congreso de los Diputados. Quizá la sonrisa de Zapatero tenga que ver con el alborozo con el que el Gobierno ha recibido la última propuesta de Batasuna para superar "el conflicto político vasco". En realidad se trata de la misma propuesta KAS por la que ETA ha venido asesinado a cientos de inocentes en los últimos cuarenta años: soberanía, territorialidad y socialismo. Si al Gobierno le alegra esa propuesta es que el proceso de claudicación no sólo está en marcha, sino que avanza a todo trapo.

Lo primero que hay que decir sobre el nuevo chantaje que hoy plantea Batasuna es que aquí no hay conflicto político que superar. Aquí lo que hay es una banda de asesinos que han causado un enorme dolor a la sociedad española y que deben ser derrotados, capturados y puestos a disposición de la justicia. Pero Zapatero sí cree en la existencia del conflicto y por tanto cree en la necesidad de un proceso de paz y por tanto se siente embelesado con cualquier propuesta para hacerlo avanzar, por falsa y engañosa que sea.

En segundo lugar hay que resaltar que Batasuna no dice nada en su propuesta de que ETA deba o vaya a desaparecer. Ni siquiera hace una tímida condena del terrorismo. Sea cual sea su formulación política, sin una previa disolución de ETA o sin una condena nítida del terrorismo, toda oferta de Batasuna debería ser rechazada de plano por el Gobierno y no acogida como ninguna buena noticia. Porque en democracia no es aceptable ningún proyecto político que se asiente sobre las pistolas y sobre la muerte de muchos inocentes.

En tercer término, la propuesta de Batasuna exige explícitamente un derecho de autodeterminación que, como hasta el propio Zapatero ha reconocido, no cabe en la Constitución española. La autodeterminación como vía a la independencia ha sido desde siempre el objetivo prioritario de ETA. Es evidente que con esta propuesta los terroristas no renuncian a conseguirlo. Lo sorprendente es que el Gobierno considere que esta propuesta sí cabe en la Constitución.

Navarra ha sido para ETA el segundo gran objetivo de su larga trayectoria terrorista, sin renunciar tampoco a anexionarse el País Vasco francés algún día. La territorialidad es a su vez un eje de esta nueva vieja propuesta de Batasuna. La trampa es que los terroristas ofrecen ahora una hipotética posibilidad de que los navarros decidan su anexión en un referéndum. Es una trampa porque mientras ETA exista esa decisión no será nunca plenamente libre. A los navarros se les ofrecería un chantaje inaceptable en términos democráticos: si queréis vivir en paz, os tendréis que anexionar.

Finalmente, el socialismo vendría de la mano de una coalición de comunistas, socialistas y batasunos que dejaría al tripartito de Cataluña y a Carod Rovira como unos burgueses acomplejados. Si ETA llega a un acuerdo con Zapatero, que el PNV vaya preparando las maletas para abandonar Ajuria Enea y Dios sabe si el destierro. El PP sería simplemente ilegalizado y criminalizado por generar el "odio" en la sociedad vasca, precisamente por su acreditada condición de victima rebelde del terror.

Zapatero sonreía hoy en el Congreso y a muchos españoles nos hiela la sangre con esa sonrisa. Esa sonrisa significa que la negociación sigue en marcha y parece que avanza. Los terroristas se deben sentir hoy más cerca de lograr sus objetivos. Nosotros un poco más lejos de la libertad.

GEES, Grupo de Estudios Estratégicos

lunes, 5 de febrero de 2007

El himno es de la Nación, no de la Traición

Ya sólo nos faltaba esto: que un Gobierno antiliberal, antidemocrático y antinacional censurase la utilización del himno nacional por la mayor concentración de españoles que se ha visto nunca en la capital de España. Ni cabe mayor envilecimiento ni era imaginable hace apenas dos años que un representante del partido en el Gobierno pudiera llegar tan lejos en la afrenta y caer tan bajo en el ejercicio del Poder. Diego López Garrido, cuya única razón verosímil para ocupar el cargo de portavoz o portacoz parlamentario socialista es que echemos en falta a Rubalcaba, ha tenido la cara dura de decir que el PP "ha querido quedarse con la lucha contra el terrorismo, luego con la bandera y ahora con el himno". Por desgracia, no tanto como debería en los tres casos.
Pero que un partido y un Gobierno que se arrastran ante la ETA desde hace un año, sin muertos y con muertos, en lo parlamentario, en lo fiscal, en lo político y en lo judicial pretenda una especie de primogenitura sin hermanos, es decir, un monopolio vacante en la lucha antiterrorista es algo más que un sarcasmo. En la jerga retroprogre podríamos decir que una sarcasma.

Que un partido que en una reciente manifestación de apoyo a la política de claudicación del Gobierno ante la ETA no sacó una sola bandera nacional a la calle –salvo que se considere tal a la tricolor de la Segunda República, que cualquier tonticrófono (o sea, tonto con micrófono) debería llamar "preconstitucional"– se atreva a censurar que en una manifestación convocada por el Foro Ermua, dirigido por socialistas de toda la vida, no como el veterocomunista López Garrido, y a la que acudió millón y medio de personas, decenas de miles de ellas lo hicieran portando la bandera nacional, va más allá del sarcasmo y la sarcasma para hundirse en la injuria a los ciudadanos que le pagamos el sueldo a este distinguido diputado inútil, que estaba mejor de culiparlante que de portavoz de nada.

Que un partido y un Gobierno, en fin, que se negaron a ir a esa manifestación en defensa de la nación española y sus libertades, que han insultado a sus convocantes y a sus manifestantes, que han manipulado en sus televisiones lo que allí pasó y cómo pasó, se atrevan a censurar que se toque el himno nacional al terminar la más emotiva y masiva concentración que hayan tenido lugar contra el terrorismo y la negociación con la ETA es una auténtica provocación, un insulto, una injuria, una befa y una mofa a todos los que física o moralmente estuvimos allí. Contra el terrorismo, con nuestra bandera y con nuestro himno, abandonados por un Gobierno, este, cada vez más abonado a la Traición.

Pues no, López Garrido, no. Los políticos que en tus tiempos comunistas hubieras llamado "vendepatrias" no tienen legitimidad para criticar que la gente oiga con respeto y emoción el himno nacional. Y si tuvieran algún argumento legal, que no lo creo, habría que arrumbarlo, derogarlo y aplastarlo por ofender al pueblo español. El himno es de la Nación, no de la Traición. Los que tan cobardemente han renunciado a defender la Nación y la Constitución no tienen derecho a criticar a quienes las rescatan del fango y les rinden el culto cívico que merecen. Desde ahora, todos los actos públicos en defensa de las libertades y contra el terrorismo deberían concluir con el himno nacional. ¿Qué les molesta a los malos? Señal de que es buenísimo para los buenos. "¿Quién puso el himno?", pregunta la Traición. "Fuenteovejuna", responde la Nación.


Federico jiménez Losantos. Libertad Digital

España y libertad

Las calles de Madrid han vuelto a albergar una gran manifestación por la derrota de ETA. Es ya la séptima, y los españoles, lejos de cansarse de salir a la calle, renuevan su compromiso con el fin del terrorismo a cada nueva ocasión y con el mismo entusiasmo. En todas ellas la bandera española ha sido protagonista, pero nunca como en esta. El día anterior la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, llamó a los españoles a acudir con banderas. No hubiera sido necesario, porque cada vez más este Gobierno antinacional y antiliberal está llevando a más y más ciudadanos a identificar libertad y España, España y libertad.

El Gobierno reacciona como un poseso ante un crucifijo cuando se le antepone cualquiera de los dos valores. Ambos, España y libertad, han de ser las dos claves de la oposición al Gobierno de Rodríguez Zapatero por el único partido que está dispuesto a realizar esta labor, por convencimiento y también por pura supervivencia. Porque la idea nacional es muy querida por los ciudadanos y en ella tiene el centro derecha su principal baluarte. Porque la libertad es el valor más excelso de la vida en sociedad, pues es también el más humano. Y porque las dos son objeto de sistemático menoscabo por parte de José Luis Rodríguez Zapatero y de sus socios políticos. Las dos ideas están hoy más unidas que nunca desde 1812 y contienen todo aquello por lo que merece la pena luchar.

Hoy el criptocomunista Diego López Garrido se ha retorcido, literalmente, al contemplar a centenares de miles de españoles erigir su enseña como el mejor símbolo de la derrota de la ETA. No ha tenido mejor ocurrencia que acusar al PP de "apropiarse de los símbolos nacionales". El PP no se ha apropiado de los símbolos nacionales. Son los españoles quienes los recogen de la escombrera moral en que los ha abandonado el Gobierno, y el PP se ha limitado a sumarse. También ha hablado de la lucha contra el terrorismo en Irak, como si no fuera el Gobierno de Rodríguez Zapatero el que abandonó vergonzantemente aquella lucha nada más llegar al poder; como si ese terrorismo no fuera, en verdad, la manifestación más violenta de la Alianza de Civilizaciones de Zapatero.

El nerviosismo del partido socialista y del Gobierno está plenamente justificado. Desde su llegada al poder han seguido una estrategia sin concesiones de aislamiento del PP, preparándose el terreno para deslegitimarle ante una eventual vuelta al poder por la fuerza de los votos.

También han seguido una política de división y de ruptura de consensos, que es necesaria si, como es el caso, Rodríguez Zapatero quiere convertir la democracia del 78 en otra cosa. Pero toda su estrategia se desvanece ante la fuerza integradora de la idea de España y el liberador atractivo de la libertad. El Partido Popular ha visto en las calles de Madrid los dos valores que le deben llevar de nuevo al Gobierno.

Editorial Libertad Digital

domingo, 4 de febrero de 2007

Zapatero, estás rodeado

Aunque esperado, el éxito de la manifestación de ayer fue enormemente gratificante. Lo de menos es que salieran a la calle diez veces más personas que las que logró movilizar para el 13-E, con toda su maquinaria mediática, el antes todopoderoso Gobierno; lo de menos es el contraste entre una manifestación (la del 13-E) donde la pancarta de cabecera avanzaba tranquilamente por el recorrido, y otra manifestación (la de ayer) donde la cabecera tardó dos horas en alcanzar la Puerta de Alcalá, porque el recorrido entero y las calles adyacentes estaban ya abarrotados antes de comenzar la manifestación. Lo de menos es la diferencia entre las caras de póquer de los culturetas que abrían la marcha el 13-E y las caras de satisfacción de quienes ayer se dirigieron desde la tribuna a la inmensa marea de personas que se dio cita en Madrid.


Esa comparación es lo de menos, porque ya esperábamos el contraste. Ya sabíamos que el PSOE ha perdido la calle. Zapatero tiene el Gobierno, pero ha perdido el poder. Sin la calle, y con el cobrador de ETA siguiéndole los pasos, lo que le resta de legislatura a Zapatero es una inmensa agonía en busca de una prórroga imposible.


Lo importante de ayer fue otra cosa: el color, el sonido y la emoción. Sorprende hasta qué punto se han vuelto las tornas en cuanto a la transmisión plástica de los mensajes. Frente a la manifestación gris, triste y uniforme de apoyo al Gobierno el 13-E, la de ayer fue una manifestación donde, miraras donde miraras, sólo había color. Un color imparable. La manifestación se inició, de hecho, con un estallido de color: la suelta de miles de globos rojos y amarillos que conformaron en el cielo, durante un minuto eterno, una enorme bandera española.

Después, durante una hora, el tiempo que tardó nuestra pancarta de los peones en poder empezar a moverse, todos aguantamos a pie firme. César Vidal y Amando de Miguel estaban con nosotros compartiendo esa espera alegre y sorprendentemente larga. Dos horas después del inicio, tan sólo habíamos conseguido recorrer unos doscientos metros. De hecho, sólo pudo avanzarse cuando la gente empezó poco a poco a marcharse de la manifestación, abriendo así un hueco entre la muchedumbre.

Mucho después de la hora prevista, empezaron los discursos, que no pudimos escuchar por la lejanía. Y al final, una novedad que quizá pase, por fin, a ser costumbre: sonaron los acordes del himno nacional, que sí pudimos oír en la distancia. El himno que nos representa a todos los españoles y que, precisamente por eso, a muchos nos emociona, mal que les pese a unos pocos.

Disuelta la manifestación, nos dirigimos a CATS para rendir un homenaje a una persona que para nosotros es muy especial: María Jesús, la madre de Irene Villa. Allí, en el escenario, Lookfor nos hizo llorar a todos con un discurso lleno de palabras de esperanza, de agradecimiento y, sobre todo, de cariño. De cariño hacia María Jesús y hacia todas las víctimas simbolizadas en ella. De cariño hacia alguien que ha sabido mantener una alegría contagiosa a la que es imposible sustraerse.

Es esa alegría indestructible la que va a conseguir expulsarte, Zapatero. No vas a poder resistirte al ataque combinado del color, del sonido y de la emoción de quienes sabemos que la razón, la calle y la alegría están de nuestra parte. Y cuando salgas de Moncloa por la puerta chica, la mirada y la sonrisa de María Jesús, que tú no has conseguido borrar, seguirán estando aquí. Y, además, triunfantes.

P.D. Ayer, en CATS, quedé como un auténtico cochero al realizar los agradecimientos por la organización del acto, olvidándome de mencionar a Juan Antonio Tirado y Javier Castro, de CityFM, que nos ayudaron a conseguir el local y a organizar el homenaje. Y tampoco le di las gracias a Rodolfo, el dueño de CATS, por las facilidades para la organización del acto. Desde aquí el agradecimiento de todos los peones negros para los tres y un fuerte abrazo.


4 de Febrero de 2007 - 12:37:33 - Luis del Pino

sábado, 3 de febrero de 2007

En demanda un lobby contra la Gran Mentira

Los ecologistas están crecidos. Su lobby funciona como un Rolls Royce. Tienen de su lado a muchos próceres telegénicos del mundo, y su eslogan de ahora es: "hay que actuar ya". Si no lo remediamos, esa terrible afirmación arraigará sin remedio en una opinión pública de tragaderas abiertas ante todo lo que huele a antisistema, como ya ha hecho la definición de "democrático" como "plebiscitario" (o chavista), no como democracia genuina de ejercicio de control contra los abusos del poder.

Parece que la ecología se ha convertido en un campo especialmente atractivo para políticos fracasados o con afán de protagonismo. Ejemplo de lo primero, Al Gore; de lo segundo, George Soros, el especulador de izquierdas (¿?). No estamos aquí para juzgar motivos, sino consecuencias, aunque la anécdota da una idea de la capacidad de movilizar recursos.

Creo que es fácil ver que una intervención estatal, a nivel mundial, en todos los sistemas productivos para supuestamente reducir las emisiones de CO2 será un paso (o dos) hacia economías intervenidas que reducirán enormemente la productividad económica. El inevitable desvío de recursos hacia los sectores públicos es lo que le faltaba al precario estado financiero de las principales economías.

No hay impulso más contaminante que la baja productividad, el estancamiento y la pobreza; cuando una población necesitada se siente empobrecida, de lo último que se preocupa es del medio ambiente; se avivan los grupos de presión sobre el gobierno y éste cede por el que punto que más le aprieta, como prueba contundentemente la historia de los regímenes autoritarios y comunistas y sus gigantescas catástrofes ecológicas. Si hay una regla infalible es: a más intervencionismo, empeoramiento del medio ambiente.

Desgraciadamente, no veo un lobby de opinión ni remotamente tan eficaz como el ecologista que defienda la eficiencia de la libertad a toda costa. La eficiencia de la libertad está demostrada a largo plazo: cuando una materia prima ha escaseado, su precio se ha elevado hasta que ha sido rentable la explotación de fuentes marginales y la investigación de sustitutivos. Es falso que la energía se esté agotando, pues en la Tierra hay carbón de sobra, y aunque es un gran emisor de CO2, se están probando ya métodos de combustión no contaminantes. Tampoco los campos de petróleo están extinguiéndose. Ahora estamos asistiendo a una ampliación del horizonte investigador prometedor, que se vería gravemente mermado de recursos si el sector público absorbe los medios y la decisión sobre las líneas a seguir.

Urge, pues, la formación de un lobby liberal que aúne la dispersa pero rica información veraz sobre el estado de la cuestión. Hay datos incontestables que muestran que no ha habido subida de temperaturas en los últimos 15 años; hay dudas fundadas sobre el origen de los cambios en la cantidad de CO2 que, en una buena parte, son naturales. Como dice Antón Uriarte, genial ecólogo: "En todas partes el incremento en la concentración de CO2 es más o menos el mismo. En unas zonas se le acusa del calor, en otras del frío, aunque en este caso para camuflar semejante tontería se dice que 'desestabiliza' al clima y lo extremiza". Y lo que es más, hay medidas de los ecologistas que se han demostrado contraproducentes para el bienestar y la conservación de zonas, como negar el derecho al desarrollo de campos de golf en eriales habitados por mosquitos. Algunas consecuencias han sido más graves, como demuestra su trágico éxito en prohibir el DDT en África. Tampoco deja de ser paradójico lo que el paisaje ha sido duramente envilecido por esos horribles molinos que no sirven más que para cobrar una subvención.

Este lobby liberal, con las ideas claras sobre lo que debe priorizarse, y denunciando las falacias del ecologismo, tiene un gran trecho que recorrer por lo bien que ha movido sus bazas el lobby ecologista. Un eslogan provocador, pero nada incierto, podría ser éste: "El cambio climático es culpa de los ecologistas".

Luis Hernández Arroyo. Libertad Digital